Por Javier Claudio
- – . Su libertad, un claro ejemplo de la corrupción campeante en México
- – . Los puntos clave Peña Nieto y AMLO en la absolución de la lideresa
- – . El derrumbe lo inició un pleito con Zedillo, cuando este en la SEP…
Aclarando. – Esta vez no sólo fue exhibida nuestra política sino también nuestra justicia “charra”, al ser absuelta la ex dirigente nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, tras quedar desechados en definitiva de los cargos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, acusaciones por las que fue detenida desde febrero de 2013. ¡Tuvieron que transcurrir cinco años para esta determinación de la autoridad!
Clarín. – Gordillo Morales fue acusada por el Ministerio Público Federal a lo largo de ese lustro del desvío de más de mil 900 millones de pesos de las arcas del SNTE, así también de cometer operaciones con recursos de procedencia ilícita y utilizar un esquema similar al de los grupos delictivos para ocultar el origen y destino del dinero. Al listado de acusaciones, se le destacó incurrir en delincuencia organizada, para salir hoy con que se desechó todo eso incluido en un aparataje delincuencial.
Claroscuro. – Esta nueva historia de nuestra justicia “charra”, muestra con todo aspaviento que el 26 de febrero de 2013, Elba Esther Gordillo fue interceptada para ser detenida en el aeropuerto de Toluca por elementos de la Policía Federal. Entonces, la PGR la acusaba de desvió recursos del SNTE. De acuerdo con la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda (SHCP) se detectaron operaciones irregulares por unos mil 978 millones de pesos, cuyos ingresos provenían de cuentas del SNTE.
Clarificando. – El monstruo de corrupción, –que sí lo hay en el magisterio– que pretendió torpemente magnificar nuestra justicia, mostraba además que esos recursos del SNTE, según la PGR, también se utilizaron para realizar pagos a Ademex S.A de C.V, una compañía de aeronaves ejecutivas, por un monto total de alrededor de 34 millones 540 mil pesos, los que incluyen cuatro transferencias por un monto de 17 mil dólares a hospitales de California y a clínicas de cirugías estéticas. ¡Vaya historia!
Claro que no. – Jamás nuestra posición sería de manejarla como inocente, sino fustigar la forma de hacer justicia en nuestro país, pues denota que la acusación no tuvo soporte de elementos para fincarle responsabilidad y solamente la llevó a permanecer detenida y repintarla como uno ícono de la corrupción. Según PGR, la maestra, a través de otras personas, triangulaba los recursos del SNTE para cubrir gatos personales como tarjetas de crédito, cirugías, cuentas de tiendas departamentales y alquilar de aviones.
Claro que sí. – Así, todo quedará envuelto en varias incógnitas que no dejan de ser inconformidad para el país, como serían que, ¿su detención fue fraguada por el gobierno de Enrique Peña Nieto para deshacerse de la lideresa sindical y facilitar la Reforma Educativa? Igual sería que si Elba Esther Gordillo estuvo en contra de dicha reforma, tan igual como López Obrador, ahí habría mancuerna para lograr la libertad y ni qué decir que con la llegada de AMLO, una vez más la influencia “levanta muertos”.
Claridades. – Tras la libertad a Elba Esther Gordillo, el organismo CNTE, antagónico al SNTE que dirigió la lideresa, alzó la voz a través de un comunicado para señalar con toda certeza acerca de la cuestionada, comentada y súbita liberación que, “es una prueba más que en México la justicia se aplica con fines políticos y no porque se quiera sancionar la corrupción y las violaciones a la ley”. La salida de Enrique Peña Nieto, asemeja a un torpe “lavado de manos”, pues del enjuiciamiento popular no salva.
Sabía usted que. – En el libro “Los Brujos del Poder”, de la autoría de José Gil Olmos, reportero de Proceso, en el capítulo dedicado a Elba Esther Gordillo, narra que cuando Ernesto Zedillo asumió el poder, uno de sus planes era deshacerse políticamente de la maestra Elba Esther Gordillo, quien desde el SNTE le había hecho la vida de cuadritos mientras él era el titular de la Secretaría de Educación Pública. Ahí, se hace alusión a su mayor cómplice, Carlos Salinas de Gortari.