Construyó un imperio de corrupción en Tamaulipas
El tráfico de influencias, abuso de poder, nexos con la delincuencia organizada fueron el sello que caracterizó el gobierno del exgobernador de Tamaulipas que hoy se encuentra extraditado en una cárcel estadounidense.
Miguel García / LA RED DE ALTAMIRA
TAMAULIPAS.- Hablar de Tomás Yarrington Ruvalcaba sinónimo de poder, excesos, traiciones, abundancia y ambiciones.
Tomás Yarrington uno de los gobernador corruptos del PRI.
Nació un 7 de marzo de 1957 en la ciudad fronteriza de Matamoros, actualmente tiene 61 años de edad.
La historia de Tomás de su infancia, son muchas las opiniones urbanas que giran en su entorno.
De niño, se dice que era muy pobre, incluso hay comentarios que en un momento de esa etapa fue adoptado por una familia en el poblado El Control, municipio de Matamoros, de donde él es originario.
Esa situación precaria y olvidado en su la etapa de su infancia, llega al grado de citar que su estado era tan precaria que su madre para sostener su economía tuvo que cruzar la frontera a Estados Unidos para obtener sustento.
Inteligente y de una mente precoz muy brillante, fue excelente alumno y lo reflejó después cuando ya en su juventud apoyado con becas, se graduó como licenciado en Economía en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
También se graduó como licenciado en Derecho en la Universidad Autónoma de Nuevo León y logró una maestría en Administración Pública en la Universidad del Sur de California.
Su conocimiento profesional fue captado por su paisano Manuel Cavazos Lerma también originario de Matamoros, quien fue el vínculo para incluirlo en el equipo de economistas del entonces poderoso Rogelio Montemayor Seguy, íntimo amigo de Carlos Salinas de Gortari cuando fungió en la Secretaría de Programación y Presupuesto con José López Portillo.
Así inicia su carrera de éxitos profesionales, para después dar paso a los políticos cuando Montemayor Seguy se posesiona en el sexenio de Miguel de la Madrid llevado ya a su equipo de economistas, entre los que destacaban los tamaulipecos, Manuel Cavazos Lerma y Tomás Yarrington Ruvalcaba y otro de ellos era Oscar Luebbert Gutiérrez y Luis Donaldo Colosio.
Casualmente todos son egresados del Tecnológico de Monterrey.
Fue en 1975 cuando Tomás Yarrington se incorpora al Partido Revolucionario Institucional y ahí es cuando inicia muestra, de nuevo, de su mente brillante pero ahora como político que lo llevó hasta la fecha a ser Tomás el gobernador diferente.
Fue diputado federal por el PRI durante el periodo 1991-1992, el primero de enero de 1993 hasta 1995, fue presidente municipal de su estado natal, la ciudad de Matamoros. Para después ser secretario de Hacienda con el entonces gobernador Manuel Cavazos Lerma quien gobernó hasta 1999 para después ser su predecesor como gobernador de Tamaulipas en el periodo 1999-2005.
GOLDEN FICH.
Recuerdan algunos pasajes de la historia política cuando era gobernador Manuel Cavazos Lerma y Tomás su secretario de Finanzas, era el único que lo llamaba “Manuelito” y lo pendejeaba, así era el carácter fuerte del hoy exgobernador extraditado a Estados Unidos y que según juristas puede alcanzar una pena hasta de 100 años de prisión.
Cuando Tomás Yarrington, ocupó la silla de gobernador de Tamaulipas, ya había tejido su plan.
Primero gobernador, después la Presidencia de la República.
No habían pasado ni 10 días de ser gobernador, cuando el también matamorense, Jesus Vega, luchador de la triple “AAA”, conocido en el mundo del pancracio como “Golden Fich”, aparece en la escena.
También fuera conocido por sus amigos como “Chuy” Vega era el único que se hablaba de “tu” con Tomás, porque era su “Brazo Derecho”, su incondicional su operador político de lujo.
Tanta era la premura que a pesar de que iniciaban seis años de poder ya pasaba “La Charola” a lo largo y ancho de Tamaulipas, pero en especial, en el norte del estado.
Lo que menos importaba era el origen del dinero, que obtuvieran, ya fueran empresarios, comerciantes y mafiosos, el origen del dinero no importaba.
Lo que importaba era que le entraran en la “colecta” para llevar a Tomás a la Presidencia de la República, bajo el ofrecimiento de que quien aportara a su “campaña” -aun distante- seria beneficiado políticamente durante su sexenio como gobernador y si Tomás llegara a ser el presidente de México se cumplirían todos y cada uno de los caprichos de quienes hubieran apoyado para su campaña política.
Así negociaba “Chuy” Vega el futuro político de Tomás.
Era un artista, un operador político, nato, carismático y sumamente hábil para promover la figura de su íntimo amigo Tomás Yarrington Ruvalcaba.
La promoción que “Chuy” Vega realizaba, fue muy conocida, pero para que tuviera amplia libertad y justificara su “coperacha”, su amigo el gobernador, lo llevó a ser el presidente del PRI en Tamaulipas, desde donde hábilmente movía las fichas para acomodar el camino político a Tomás.
Así inició la descomposición de esa mente brillante que le sirvió para escalar posiciones políticas y que fue tanto el poder que logró que jugó a ser el Rey de Tamaulipas en donde ninguna orden se daba sin su autorización, así fuera de su “padrino” el propio Carlos Salinas de Gortari.
No habían transcurrido seis meses de que “Chuy” Vega recorría Tamaulipas como líder del PRI estatal, cuando en una de sus visitas por Valle Hermoso, un infarto fulminante acabó con su vida y así terminó la historia del amigo íntimo de Tomás Yarrington.
Un episodio, que se cuenta después de que murió, fue cuando su exesposa reclamaba 3 millones de dólares que “Chuy” Vega dejó en una cuenta bancaria sin poner a ninguna persona como beneficiario, naciendo así el rumor de que ese dinero era parte de la cantidad que había recaudado en tan poco tiempo porque ya no le alcanzó para más porque la muerte le corto el camino a su destino.
El dolor político de Tomás fue demasiado.
Para esto ya se había negociado el territorio de Tamaulipas con la delincuencia y así es como inicia la época violenta que vivimos desde hace más de 12 años en nuestra entidad y que ahora ya invadió la mayor parte de los estados del país.
Todo porque Tomás traiciona a sus benefactores, para ayudar a sus nuevos protectores.
FERNANDO CANO
No pasó mucho tiempo de la muerte de “Chuy” Vega, para aparecer como sustituto otro personaje que junto a Tomás Yarrington se convirtió en el poder atrás del trono, su nombre Fernando Cano Martínez, empresario en la construcción, más fino que Vega, de alta alcurnia.
Lo interesante de esta relación, es un tanto confusa, porque Fernando Cano es hermano de Marcia Cano, esposa del desparecido Manuel Muñoz Rocha, autor intelectual del entonces líder del PRI Francisco Ruiz Massieu, quien era cuñado de Carlos Salinas de Gortari.
Esto significa que todos venían del mismo poder político emanado de Carlos Salinas de Gortari.
Con Tomás y Fernando Cano ya no sería así.
El nuevo operador de Tomás, fue más allá de lo inimaginable, al grado de crear una red política bien estructurada en Tamaulipas, que le permitió a Tomás Yarrington, decidir quién gobernara esta entidad, para romper así con el orden de que desde la cúpula del tricolor salía la decisión de quien fuera el gobernador de cada entidad.
Ahora no, Tomás era quien decidía.
Tomás era terco, agresivo de carácter fuerte, vengativo.
Su debilidad los ojos de color verde.
La operación política con Fernando Cano, siempre se hacía entre las sombras, nunca daba la cara.
Dentro de sus operaciones políticas era “amarrar” a los candidatos de todos los partidos políticos que participaran en la elección, para controlarlos con dinero y así poder servir al candidato que Tomás hubiera designado.
Esta maniobra, les permitió un poder político absoluto.
El dinero era lo que necesitaban y eso era lo que les sobraba.
Tenían los dos poderes económicos, el que obtenía del gobierno l y el del “mal” por su trato con la delincuencia.
Eso les permitía ser intocables y a la vez fue la causa de que Tomás desafiara al poder central al grado de que si no le permitían poner a él sus candidatos, se “volteaba” y hacia perder al PRI en Tamaulipas.
Fueron 24 años de poder contando el sexenio de Manuel Cavazos Lerma hasta el último con Egidio Torre Cantú.
Durante todo ese tiempo la estructura política que se “tejió” era exclusiva de Tomás Yarrington.
Tomás desafió el poder que lo ayudó a ser parte de las fuerzas políticas que controlaban el país.
Uno de sus primeros desplante de poder y control político en Tamaulipas fue cuando impuso al empresario de la construcción Eugenio Hernández Flores, como candidato a sucederlo en la gubernatura de Tamaulipas.
El necesitaba a alguien de su entera confianza, que no lo traicionara para que continuara con el cumplimiento de sus compromisos que a Tomas no le alcanzo el tiempo para entregar Tamaulipas a sus nuevos benefactores del crimen organizado.
Por eso se recrudeció la “guerra” entre carteles.
Así, Eugenio Hernández Flores, recibe un Tamaulipas, violentado por las negociaciones de su amigo Tomás, las que lo colocaron en una posición muy vulnerable, porque en las decisiones aun y cuando Eugenio fuera el gobernador, quien las seguía tomando era el mismo Tomás Yarrington Ruvalcaba.
Tomás Yarrington, al igual que Manuel Cavazos Lerma, se apoderaron de grandes extensiones de tierra tamaulipeca como sucedió en el complejo turístico del municipio de Aldama, en el lugar conocido como “Barra del Tordo” en donde Cavazos Lerma construyó un centro turístico y Tomás un campo de golf el que en su momento contrató al tercer hombre más importante del mundo en ese deporté para que le hiciera uno en ese apartado y paradisíaco lugar.
CONTINUARÁ…