Raúl Hernández Moreno
A los neolaredenses que han buscado ser gobernadores les ha ido mal.
En su momento, Horacio Garza Garza estaba convencido de que sería el sucesor de Tomás Yarrington. Su trabajo como alcalde, como diputado federal y local, lo avalaba, además de sus conexiones con altos personajes de la política nacional.
Tomás se decidió por Eugenio Hernández y Horacio se disciplinó a tiempo, lo que le permitió más adelante acceder a una nueva diputación federal.
No fueron así las historias de Ramón Garza Barrios y Carlos Canturosas.
El primero pretendió sustituir a Eugenio Hernández, respaldado por su trabajo en la alcaldía y en el Congreso, donde no solo fue Presidente, sino que además hizo política por todo el Estado.
Eugenio se decidió primero por Rodolfo Torre y luego por su hermano Egidio, quien maltrató una y otra vez a Ramón e hizo todo lo posible para destruirlo políticamente. Después de que dejo la alcaldía Ramón, el alcalde Benjamín Galván se dedicó a denostarlo y destruir su imagen.
A Canturosas le fue peor. Y es que tanto a él como a Ramón se les abrieron carpetas de investigación por su desempeño como alcaldes. Ramón ha sabido atender cada uno de los reclamos judiciales, mientras que Canturosas — que fue quien quiso meter a la cárcel a Ramón– tiene una orden de aprehensión por el presunto desvío de recursos por más de 900 millones de pesos.
Ciertamente la sucesión gubernamental esta retirada, pero aún así hay quienes ya le ven posibilidades al alcalde Enrique Rivas Cuellar para la próxima gubernatura. Con lo mal que les ha ido a los tres ex que la han buscado, haría bien en analizar muy bien si le conviene aspirar a buscarla.
Por lo pronto él dice que está trabajando y la gente calificará y decidirá. Tiene razón, que se dedique a lo suyo.
Es evidente que en su momento la sucesión en Tamaulipas la decidirán el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca — que de paso se ha convertido en el gobernador opositor más fuerte en todo el país, por encima de Enrique Alfaro – y la cúpula del PAN.
El gobernador ya tiene algunos prospectos visibles para el 2022: Gerardo Peña, Víctor Sáenz, César Verastegui, Ismael García Cabeza de Vaca y párele de contar.
Para el PAN lo deseable es llegar al 2022 en un clima de unidad, porque además la elección va a estar competida o con Morena, o peor, con una alianza Morena-PRI y si llegan desunidos será muy difícil retener la gubernatura.
Es previsible que por ser Nuevo Laredo el Municipio más rico del Estado, el alcalde en turno se convierte en candidato natural a la gubernatura, pero hay que actuar con mesura y no repetir los errores de otros ex que al empeñarse en ser candidatos desatendieron su ciudad y cometieron torpezas políticas que les trajeron consecuencias negativas.
Que el tiempo y la política fluyan de manera normal y que llegado el momento de tomar decisiones, estas se tomen en un ambiente de tranquilidad.
No hay que golpear el avispero.