Por Raúl Hernández Moreno
Para los que amamos los libros, es una tragedia que al embajador de México en Argentina, Ricardo Valero, se le esté criminalizando por presuntamente haberse robado un libro en una librería de Buenos Aires.
El incidente ocurrió a finales de octubre, Valero ocultó entre un periódico un ejemplar de las memorias de Casanova, con un precio de 189 pesos. También llevó algunos cds que traía a la vista para su pago. Lo sorprendieron cuando estaba en la caja y él habría dicho que se trató de un descuido. No lo encarcelaron porque en ese momento, presuntamente, cubrió el costo del libro.
El embajador tiene un salario de 90 mil pesos mensuales. Ciertamente hay un video de la acción, pero suena exagerado el linchamiento mediático por el presunto robo de un libro. En un país donde cada ciudadano lee un promedio de tres libros al año, somos de la idea de que no hay ladrones de libros. No calificamos de ratero a quien se lleva un libro. Queremos pensar que se trató de un descuido.
En TAMIU es muy frecuente, durante el año, que se coloquen mesas con decenas de libros nuevos con un anuncio con grandes letras que anuncia que son “free”: gratis. Hay de todos los temas, desde literatura clásica, superación personal, etc. Los toman los estudiantes que quieren, los que los van a leer o por lo menos a dedicarles una rápida lectura.
Es una lástima que después de que se dio a conocer el incidente, un mes y medio después de que ocurrió, el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrad salga a decir que si se verifica el robo, el señor Valero, que tiene 76 años de edad, será destituido. ¿Por qué ser tan feroz, tan duro, tan exigente con quien aparentemente se robó un libro de 189 pesos y no con quienes incurren en crimen organizado? ¿Por qué no concentrar ese coraje en los criminales de cuello blanco, esos que le roban al gobierno millones de pesos?
Si la 4T está pensando que con destituir al señor Valero se envía el mensaje de que se es duro con la corrupción, se equivoca. Este es un asunto baladí, pueril, hasta suena a caja China.
En otro tema, Elba Esther Gordillo está de regreso con un nuevo partido, Redes Sociales Progresistas, que el fin de semana realizó sesiones en Aguascalientes y Chihuahua y llegó a 20 asambleas estatales con un mínimo de 3000 afiliados, requisito para alcanzar el registro condicionado y participar en las elecciones federales del 2021.
Con este cumplimiento, a partir de julio del 2020, este partido participará en el reparto de prerrogativas oficiales que el Instituto Nacional Electoral entrega a los partidos políticos.
Y mientras Elba Esther ya celebra su nuevo partido, el fin de semana el luchador social Francisco Chavira encabezó la asamblea distrital de la organización política Súmate en Tampico. Una semana antes hizo lo propio en Nuevo Laredo donde reunió a 323 afiliados, de los cuales 20 fueron invalidados, pero los 303 fueron suficientes.
Súmate avanza en el proceso de las 200 asambleas distritales que debe realizar en el país para que el INE le otorgue el registro condicionado, a lo cual Chavira confía en que se va a cumplir el objetivo. Chavira ha estado muy activo en las asambleas distritales de Súmate en Tamaulipas.