Por Raúl Hernández Moreno
En la cercana ciudad de Río Bravo, Texas, un grupo de ciudadanos se inconformaron por la forma de gobernar de la alcaldesa Daisy Valdez y literalmente la echaron de la alcaldía.
Valdez, de 25 años, tenía 10 meses al frente del gobierno –fue electa por 4 años—y en su contra había quejas por presuntos malos manejos administrativos, por deficiencias en la prestación de servicios públicos, además de supuestamente tener una tarjeta de débito pagada con recursos públicos y ser déspota en su trato con la gente.
Un grupo de ciudadanos decidió promover un referéndum para decidir si continuaba como mayor o se le destituía.
Del 21 de octubre al 1 de noviembre se realizó la votación anticipada y el 5 de noviembre fue la elección. De un padrón de 2,277 ciudadanos inscritos, participaron 431, de los que 288, un 67.89 por ciento, votaron a favor de su destitución.
El 12 de noviembre se validaron los resultados, se hizo efectiva la destitución de Daisy Valdez y en su lugar entró el comisionado Julio Cavazos.
Río Bravo, ubicado a menos de media hora de Laredo, Texas, por la carretera 83, fue fundada a fines de la década de los ochentas del siglo pasado. Originalmente era una colonia integrada a Laredo, pero las familias estaban molestas porque los servicios públicos eran deficientes y decidieron constituirse en una nueva ciudad.
La figura del referéndum acaba de ser aprobada por el Congreso mexicano exclusivamente en lo que toca a la Presidencia de la República y depende de los congresos estatales abrir la puerta para que se pueda aplicar a gobernadores y alcaldes.
Con el antecedente de las consultas “patito” que el Presidente López Obrador ha organizado con el tema del aeropuerto de Texcoco y la marigunada de pedirle permiso a la madre tierra para autorizar el tren maya, ¿quién va a confiar en la imparcialidad de un futuro referéndum?
Pero además, ahora que la izquierda y Morena están endiosados de Evo Morales, igual y aplican lo que hizo este en el 2016 que realizó una consulta para preguntarle al pueblo boliviano si estaban de acuerdo en que buscara la reelección, el 51 por ciento dijo que no y después el Congreso Constituyente, promovido por Evo, decidió que la reelección era válida y se mandó al carajo la opinión de los votantes.
En un país donde la democracia es ineficiente, el referéndum se presta para que el gobernante que la organiza resulte ser tan popular que obtenga una votación superior a la que aparece en los padrones o al menos para que nos digan que del 100 por ciento, participo el 40 por ciento y de ese 40 por ciento, el 100 por ciento lo hizo a favor de la continuidad del gobernante. Ni uno en contra.
En otro tema, ya se publicó la convocatoria para la elección del nuevo dirigente estatal del PRI. El registro de aspirantes es el 2 de diciembre, el 5 se dictamina la procedencia de las solicitudes, del 6 al 14 es el periodo de proselitismo y la elección es el 15 de diciembre, en una junta de consejo político.