Por Raúl Hernández Moreno
En una entrevista de radio, Heriberto Cantú Deándar comentó que puesto que el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo invito a ser Subdelegado Regional de Bienestar Social, cuando decidió renunciar a ese cargo, le envió el escrito correspondiente al Ejecutivo Federal, pero fue Ramón Gómez Leal quien le informó que se le aceptaba.
Y así es. Imposible que el Presidente atienda a todos los burócratas que deciden renunciar. Salvo que se trate del círculo intimo, tipo Carlos Urzúa o Germán Martínez, que hicieron públicas sus renuncias.
Luego de la salida de Heriberto Cantú, insistentemente se ha mencionado que Gastón Herrera lo va a sustituir y había quienes lo veían tomando posesión el 13 de enero, pero el tiempo pasa, y nada. Y es que al gobierno federal le gusta nadar de muertito, le gusta dejar hacer, dejar pasar, esperando soluciones mágicas.
Y puesto que al frente de la aduana, del fideicomiso del puente III y hasta en la Comapa, hay funcionarios provenientes de Reynosa, no tendría nada de raro que al frente de Bienestar Social, quede un personaje nativo de ese Municipio.
Ciertamente nada tiene que ver que en una oficina federal, una estatal y otra municipal, estén ocupadas por reynosenses, pero es una coincidencia digna de comentarse, ¡Es la invasión Reynosa!
Si llegase un foráneo a Bienestar Social, el gobierno federal y Morena –que para efectos prácticos, es lo mismo-, perderían un bastión que necesitan para fortalecerse, porque esa posición, trabajada con seriedad, sirve para el lucimiento del responsable de la oficina, pero también para beneficio del gobierno federal y de Morena.
Volviendo con Heriberto Cantú, en estos días anda promoviendo la visita del diputado federal del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña quien el martes 28 estará en la Plaza Hidalgo, a las 11.00 horas, pero un día antes estará en Laredo, Texas, ofreciendo una conferencia a jóvenes del Colegio de Laredo.
Y a propósito de Noroña, el impresor Francisco Javier Estebane pretende debatir con el legislador a quien llama “hocicón”. Es un debate que no se va a realizar y qué bueno que no se dé. No vale la pena.
En otro tema, mucho se ha criticado al coordinador de los diputados federales de Morena, Mario Delgado, por practicarse unos exámenes de laboratorio que le costaron 16 mil pesos, en vez de ir al Issste.
La realidad es el Issste, el Imss y los hospitales públicos, son la última –o la única– alternativa para cualquier paciente. Es preferible consultar o atenderse en el sector privado, que hacerlo en el sector público. No hay punto de comparación en la atención que se presta en ambos sectores, aunque los médicos que consultan y operan, trabajen en los dos.
Claro, cuando se carece de dinero no hay de otra que irse a los hospitales públicos y enfrentar todas sus carencias, empezando con el marcado atraso con que se atiende a los pacientes y la continúa carencia de medicamentos.
Y no se hable de una cirugía: aunque el paciente se esté muriendo, no es raro que se le programa para dentro de varios meses y el enfermo se convierte en muerto.
Si Mario Delgado tiene para pagar 16 mil pesos, adelante. Es su salud y su dinero y él decide cómo cuidarse.