Por Raúl Hernández Moreno
Realizado el tercer debate presidencial, y con una preferencia electoral de más del 50 por ciento a favor de Morena, ahora solo queda esperar la elección del 1 de julio para conocer cuántas senadurías y diputaciones se llevan el PAN y el PRI.
Desafortunadamente Morena y sus aliados tendrán mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados. Es una lástima que eso suceda, porque en un país donde impera el presidencialismo, los legisladores de Morena, PES y PT serán aliados y cómplices del presidente en turno, como lo fueron los de PRI con Peña Nieto y los del PAN con Fox y Calderón. Y si a eso se suma que la gente de izquierda sabe qué es el poder y cómo se debe usar, la combinación es perfecta para que compren senadores y diputados de los demás partidos y alcancen una mayoría absoluta. Los cañonazos de 50 mil pesos de que hablaba el general Alvaro Obregón siguen vigentes, actualizados a costos actuales.
Hubiera sido importante que López Obrador no tuviera mayoría en el Congreso para que este pudiera ser un contrapeso al Presidente. Si el PAN y el PRI, junto con sus aliados, lograsen una mayoría relativa en las dos cámaras legislativas, serviría de contrapeso, aunque actuasen por consigna como lo hicieron en los tiempos de Fox y Calderón. Ese cuento de que algún día los legisladores atiendan los intereses de los ciudadanos y no los que les dicte su partido o su interés patrimonial, están a años luz de que se vean en México.
López Obrados será el próximo Presidente de México y lo será más que por méritos propios, porque hay un voto anti PRI y anti PAN. Muchos de los que van a votar por él, lo harán cansados porque desde hace 48 años vienen escuchando que México está a punto de integrarse al privilegiado grupo de los países más desarrollados y al final del sexenio, aumentan los pobres por millones y los multimillonarios contados por decenas.
Tiene mucha razón Jaime Rodríguez cuando entre las ocurrencias que dijo durante el tercer debate, sugiere que ya no haya elecciones supuesto que todo mundo está convencido de que Andrés Manuel López va a ganar la elección de la misma manera que todo mundo ya se hizo a la idea de que la selección mexicana de futbol va a perder ante la de Alemania.
Al no haber elección habría un ahorro de dinero.
Si AMLO no ganara la elección, todo mundo estaría convencido de que le hicieron trampa y las posibilidades de un estallido social serían demasiadas.
Pero además, es el tiempo de los locos. Lo estamos viendo con Donald Trump al que pocos quieren y sin embargo, está a un paso de acabar con la guerra de Corea, que se libra desde hace más de 70 años. Si un loco de esos logró eso en Estados Unidos, ¿por qué no podría hacer algo un loco mexicano?
Pero además nuestro loquito mexicano está rodeado de muchos cerebros que lo pueden serenar.
El gran mérito de Benito Juárez fue haberse rodeado de cerebros como Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, Sebastián Lerdo de Tejada, Melchor Ocampo, Francisco Zarco, José María Iglesias, Manuel Doblado, entre otros muchos