Porque la producción nacional resulta insuficiente para abastecer la demanda
México atraviesa una de las problemáticas más complejas en la producción de maíz, advirtió Esteban Jaramillo Reyes, director general de la Cámara Nacional del Maíz Industrializado, CANAMI y presidente de la Comisión de Agroindustria y Pesca de la CONCAMIN
Especial / LA RED DE ALTAMIRA
TAMPICO. – México atraviesa una de las problemáticas más complejas en la producción de maíz, advirtió Esteban Jaramillo Reyes, director general de la Cámara Nacional del Maíz Industrializado, CANAMI y presidente de la Comisión de Agroindustria y Pesca de la CONCAMIN.
Recordó que el país importa más del 53 % del grano que consume y que la producción nacional resulta insuficiente para abastecer la demanda.
“México es la cuna del maíz, a parte de ser un símbolo del principal cultivo de México, es un símbolo de identidad, cultura y principal motor económico de México”, señaló, al subrayar que el déficit se ha agudizado por la sequía que afectó severamente al norte del país.
El dirigente detalló que el consumo anual es de 47 millones de toneladas, mientras que solo se producen 22 millones, por lo que deben importarse 25 millones adicionales.
Agregó que la inseguridad y la falta de rentabilidad han reducido el número de productores, especialmente en Tamaulipas, donde también persiste el problema de las aflatoxinas.
“Estamos trabajando con la Secretaría de Agricultura para tener un esquema de conversión oportuno y eficiente por el bienestar de los productores en beneficio de México”, afirmó.
En contraste con estados del norte que alcanzan rendimientos de hasta 12 toneladas por hectárea, en el sursureste apenas se producen 2, reflejo de “una gran desigualdad en tecnología, infraestructura y acceso a apoyos”.
Jaramillo Reyes explicó que la dependencia del exterior representa pérdidas económicas significativas, al estimar que importar más del 53 % del maíz implica alrededor de 5 mil millones de dólares.
Destacó el proyecto “Cosechando Soberanía”, cuyo objetivo es elevar los rendimientos de 2 a 3 o 4 toneladas por hectárea en el sursureste, lo que permitiría reducir al menos 3 millones de toneladas en importaciones.
El reto, dijo, es que el productor mejore su productividad y calidad de vida, al tiempo que se impulsa la sustentabilidad, particularmente en el uso del agua.
A pesar del panorama adverso, el dirigente reconoció que el gobierno federal ha implementado un paquete de apoyos “sin precedentes”, entre ellos un incentivo directo de 800 pesos por tonelada y 150 pesos adicionales para fortalecer la economía agrícola.
Estos esfuerzos se complementan con programas de incremento de rendimientos y coordinación con gobiernos estatales para recuperar la producción nacional.
Jaramillo Reyes confió en que, con mejores condiciones y un próximo ciclo agrícola más eficiente, el país podrá avanzar hacia una menor dependencia externa y un campo más competitivo.
