Por Raúl Hernández Moreno
Andrés Manuel López Obrador aún no toma posesión como Presidente de la República y es increíble que los que van a ser sus secretarios lo desmienten un día sí y otro también. Claro, de manera tácita, porque en este país nos gusta usar los eufemismos, para decir lo mismo, pero sin que se oiga fuerte.
Vino a Tamaulipas Alfonso Durazo Montaño, próximo Secretario de Seguridad y dijo que no habrá perdón para quienes hayan cometido una ilegalidad y estos tendrán que asumir las consecuencias. ¿Y el perdón a los delincuentes de que se habló en campaña?
Y lo mismo ha ocurrido con otros compromisos de campaña: el salario mínimo aumentará al doble, pero durante todo el sexenio; no habrá educación gratuita en la UNAM, porque no hay espacios para todos; seguirán los gasolinazos, pero no de golpe; lo que reducir los salarios para que nadie gane más que el Presidente, está en veremos; no vamos a crecer al 5 por ciento, sino al 2.5, lo dijo el Fondo Monetario Internacional: quitarle a la gasolina los impuestos, representaría menos ingresos con lo consecuentes daños a la economía, lo dijo la que será Secretaría de Energía; las fuerzas armadas dejarán las calles, pero hasta el 2024.
En el sur se va a construir un tren turístico con costo de más de 150 mil millones de pesos, de que se construye se construye, para eso hay Presidente, pero que funcione, es otra cosa. Hasta ahora el único tren de pasajeros en México es el de Barrancas del Cobre, que opera con 4 o 5 vagones diarios y no siempre van llenos.
Y en la frontera norte, reducir el IVA y el ISR, provocará un quebranto de las finanzas nacionales del orden de entre 86 mil y 105 mil millones de pesos. ¿Qué tendrá que hacer el gobierno federal para reponer esos recursos y no afectar a ninguna dependencia, programas y acciones?
Como si todo lo anterior no fuese suficiente, ahora viene la consulta sobre continuar o cancelar la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco. Es una ocurrencia en la que van a poder participar todos, aunque jamás se hayan subido en un avión.
Hasta Vicente Fox, con todo y que esta chisqueado, dice que esto de la consulta es una irresponsabilidad y una ocurrencia. Un pasajero que haya usado algún aeropuerto en Estados Unidos, sabe que el de la Ciudad de México es muy poquita cosa, si se le compara con ellos. Hasta el de Dallas esta mejor, por no decir el de New York, Washington, Atlanta, Orlando, Las Vegas.
El próximo gobierno habla de austeridad, pero algunos de sus miembros, como César Yañes, no la aplican de manera individual y si no lo hacen a título personal, ¿porqué les tenemos que creer que lo harán a nivel público?
De verdad nos gustaría que AMLO pudiese cumplir con todo lo que ofreció en campaña, en especial en esto del tema del combate a la corrupción y el fin de la impunidad.
En el 2000, Fox ilusionó a millones de mexicanos que se convencieron de que el país podía cambiar y fracasó; en 1982, Miguel de la Madrid ofreció la renovación moral de la sociedad y fracasó; en 1934, Lázaro Cárdenas implementó la educación socialista y su gobierno ni siquiera fue capaz de explicar de qué se trataba; en 1911, Francisco Madero quiso cambiar al país y fracasó. ¿Será ese el destino de México con AMLO?, esperemos que no.