Por Raúl Hernández Moreno
Miles de familias asistieron al desfile conmemorativo del aniversario de la Revolución Mexicana que fue encabezado por el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y el Presidente Municipal, Enrique Rivas Cuéllar.
En el desfile participaron 70 contingentes e incluyó carros alegóricos y bailables inspirados en la Revolución.
Previamente, el Gobernador asistió a la ceremonia de honores a la bandera frente al asta de la Presidencia Municipal, en la que también estuvo la cónsul de los Estados Unidos en Nuevo Laredo, Kathryn Flachsbart.
Padres de familia y público en general se congregaron en ambos lados de la avenida Guerrero por donde paso el desfile, aplaudieron y vitorearon a los participantes.
Por su parte, el Gobernador dijo que “llevaremos a cabo todas las acciones que sean necesarias para impulsar la economía fronteriza en esta ciudad fronteriza”.
Apuntó que se restablecerá el orden, la paz y el Estado de derecho y que no se cambiará la estrategia en materia de seguridad.
Fue un desfile colorido, alegre. Las familias disfrutaron ver a sus hijos, sobrinos, nietos, caracterizados de revolucionarios y adelitas. Es una magia que se vive cada año.
Más tarde, ya de regreso en Victoria, el mandatario entregó el nombramiento de Secretaria de la Contraloría a Carmen Zepeda Huerta, en lugar de Mario Soria Landeros.
En otro tema, seguimos insistiendo en que si Rosario Piedra Ibarra fuese una mujer digna, hubiese declinado estar al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Pero no va a renunciar, porque se siente apoyada por el Presidente López Obrador y todo lo demás le vale un soberano pepino. Eso sí, no se va escapar al juicio de la historia.
Es curioso que Ricardo Monreal diga que al desconocer los gobernadores panistas a Rosario Piedra, “es mandar al diablo a las instituciones”. El burro hablando de orejas. ¿Qué no es eso lo que hizo Monreal al avalar la designación la presidenta de la CNDH mediante un fraude, además de que estaba impedida para serlo, por ser dirigente de Morena? ¿Qué no fue López Obrador el que en el 2006 pronunció esa frase cuando el Instituto Federal Electoral (hoy INE) validó el triunfo de Felipe Calderón?
Morena tiene un doble rasero. Hagan lo que hagan los aliados está bien, pero si son adversarios, está mal, malísimo.
Pero además, el Presidente quiere borregos que todo le aplaudan y por eso lanza dardos venenosos a sus propios aliados como Proceso, La Jornada, llama músico conservados a Alex Lora porque le recordó el 10 de Mayo, le da flojera atender al poeta Javier Sicilia, manda al carajo a Brozo ya Ricardo Rocha. Y es que Proceso, La Jornada, Alex Lora, Javier Sicilia, Brozo, Ricardo Rocha, Susana Zavaleta, Diego Luna, Gael García, tienen en común que apoyaron al López Obrador candidato que nada tiene que ver con el López Obrador Presidente. Bien dicen que cuando el perro es bravo hasta a los de casa muerde.
Y si AMLO patea a sus aliados, ¿qué pueden esperar los demás?, que los gaseen, por lo menos, como a los alcaldes.