PILAR DANTÉS / LA RED DE ALTAMIRA
TAMPICO.- Un promedio de 15 pacientes con ansiedad, depresión, bipolaridad entre otros trastornos son atendidos diariamente en el Hospital Militar; estos padecimientos afectan tanto a niños como adultos y puede llevar no sólo a infringirse heridas sino también, a la muerte por lo que la consulta a un especialista es lo más recomendable para tratar el problema.
El doctor Víctor Amaro, dijo que este problema tiene origen multifactorial pero dos factores importantes son las vivencias cotidianas y la carga genética de los padres que muchas veces aporta protección y otras, provoca mayor vulnerabilidad por lo que se ha detectado el padecimiento hasta en niños de 3 años de edad, aunque la mayor incidencia es en los adultos.
“Está mediado por ciertos cambios en las neuroredes, dos picos principales la adolescencia, adultez temprana y las últimas fases de la vida y es más frecuente en las mujeres en proporción de dos a uno… Puede ser por estructura o factores hormonales”.
Indicó que el deterioro de neuronas es normal (nacemos con 33 billones de ellas y se pierden 20 o 30 conforme pasan los años) pero con el tiempo se va complicando y cambia la condición de salud, pues cualquier persona relativamente sana busca respuesta a esta situación, pero alguien con ansiedad, depresión u otra enfermedad mental, al no encontrar una respuesta o salida a su malestar, recurre a la autolesión e incluso el suicidio.
“Yo creo que un gran porcentaje de las personas en algún momento han pensado en hacerse daño o en quitarse la vida, afortunadamente existen muchos factores protectores, los hijos, los padres, un buen trabajo y otros, digamos que hay 2 puntos importantes uno es la rescatabilidad, qué tan rescatable es la persona y el otro, qué tan mortal sería el evento”.
En el hospital militar se atiende un promedio de 15 pacientes diarios, el 60% por ansiedad, un 20-30% por depresión y el resto por esquizofrenia, bipolaridad, entre otras lo que ubica esta zona con un porcentaje relativamente bajo en comparación con otras áreas del país.
Esa sensación de vacío que a veces se llena con el dolor que provoca alguna perforación por percing o con los miles de piquetes para dibujarse en la piel, que en el peor de los casos termina en suicidio, muchas ocasiones son manifestaciones de ansiedad.
El galeno explicó que hay muchos intentos enmascarados como las personas afectas a las perforaciones, los tatuajes que hasta lo comentan, “no sé ni qué dibujo voy a hacer pero quiero sentir otro tatuaje”, quienes incluso buscan cuales son las áreas donde son más fuertes las molestias con la perforación, “esas son conductas autolesivas porque hay tatuajes o perforaciones que literalmente nadie ve, las personas saben que los tienen, es la sensación de sentir dolor para sentirse vivo”.