![](https://laredmultimedia.com/wp-content/uploads/2023/11/2-KILOMETRO-1024x576.jpg)
ESPECIAL / LA RED DE ALTAMIRA
ALTAMIRA.- Ante la creciente problemática del desabasto de medicamentos en las instituciones de salud, un grupo de mujeres en Altamira ha emprendido una loable iniciativa conocida como el “Kilómetro de Medicamento” con el objetivo de brindar apoyo a las personas necesitadas. Este grupo de mujeres, organizadas a través de grupos de WhatsApp, busca fomentar el intercambio de medicamentos entre aquellos que los requieren y aquellos que tienen excedentes en sus hogares.
La licenciada Martha Adriana García Rivera, portavoz del grupo altruista, explicó que la idea surgió como respuesta al excedente de medicamentos que las personas reciben en sus botiquines cuando acuden a las instituciones de salud. Muchas veces, estos medicamentos no se utilizan y corren el riesgo de caducar, por lo que se ha propuesto que sean donados a personas que carecen de seguridad médica o no pueden costearlos.
El “Kilómetro de Medicamento” se ha establecido en la cancha del fraccionamiento Jardines de Arboledas en Altamira, y su objetivo es extender la campaña a otras colonias de la ciudad. La recolección de medicamentos no tiene afiliaciones políticas y se basa en la solidaridad de la comunidad.
Martha Adriana García Rivera señaló que han observado una gran escasez de medicamentos en las instituciones de salud, lo que ha motivado su compromiso de distribuir medicamentos a quienes los necesitan. Para garantizar que los medicamentos sean utilizados de manera responsable, se recomienda a las personas llevar consigo una receta médica que respalde la necesidad del medicamento en cuestión.
“Esperamos realizar esta actividad en muchas colonias, ya que somos conscientes de la gran necesidad que existe. Esta es la primera vez que lo hacemos, y esperamos que el apoyo de la comunidad nos permita expandir esta iniciativa, incluso hacia otras ciudades como Tampico y Madero”, declaró Martha Adriana García Rivera.
El “Kilómetro de Medicamento” es un ejemplo de la solidaridad y la acción comunitaria que puede marcar la diferencia en la vida de las personas que enfrentan dificultades para acceder a medicamentos esenciales. La iniciativa demuestra que la ayuda mutua y la colaboración pueden ser instrumentos poderosos para enfrentar desafíos de salud pública en tiempos de escasez.