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POR MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA
No soy un cobarde, no soy de los que se quedan con una bofetada en el rostro y mucho menos soy de los que ponen la otra mejilla, porque soy humano y porque soy periodista.
Así es mis queridos boes, me ausenté una semana de esta columna, luego de un sucio y despiadado ataque de quienes me han considerado su enemigo, solo por escribir lo que pienso, lo que veo en mi calidad de periodista, ya de casi 30 años
Esta vez fueron demasiado lejos, esta vez fueron demasiado bajos, esta vez se desnudaron por completo presentándose como lo que en realidad son ellos, en un intento de dañarme, desacreditarme con mentiras.
¿Dolió?, claro que una injuria y la exhibición de falsedades le pega a cualquiera, pero en mi caso no me ha tumbado, me ocupo los primeros días, me sacudí el enojo, la frustración momentánea, seguro mente madres y hasta pude haber derramado alguna lágrima por la impotencia ante la bajeza, pero ya pasó.
Hoy con toda la calma del mundo, les cuento que el jueves 30 de noviembre, apenas unas horas después de publicar mi columna, en una página de ‘noticias’ subieron a la plataforma mi fotografía y una ‘denuncia’ anónima en la que se me presentó como un depravado.
No daré más detalles de la mentira, pero sí de qué la publicación no estaba firmada por nadie, que el único dato verdadero era mi nombre y mi fotografía, la página desde luego no publica un responsable, solo boletines del gobernador AMÉRICO VILLARREAL y de gobiernos municipales de Morena.
Es evidente que me atacan, con mentiras, por las VERDADES que he escrito, en las que he reiterado la violencia que se vive en Tamaulipas, el abandono a los productores del campo, sobre todo a los del Distrito de Riego 026, el deterioro en el sistema estatal de Salud.
Les duele que les machaque el fracaso de la administración municipal de Victoria, una capital inundada en basura, baches, sin iluminación y sin agua.
Les molesta mucho que describa al gobernador como un personaje tibio, que la mayoría del tiempo se la pasa ausente de Tamaulipas, tan ausente como las obras que brillan por su ausencia.
Les ha encabritado que escriba como han saqueado la UAT y como se estuvieron peleando desde la coordinación de comunicación social del gobierno del Estado por los mil millones de pesos que la universidad tiene para prensa, al grado de llegar a tener dos voceros.
El jueves de la difamación en mi contra, acababa de escribir sobre la evidente toma de la UAT en la que el gobernador impuso a su primo DAMASO ANAYA, pasando por encima de todas las formas y dejando a la ex Máxima Casa de Estudios en manos de un personaje que no tiene el perfil de investigador y que ni siquiera estaba activo en su estructura.
Como dije arriba, no me quedo con el golpe, ni pongo la otra mejilla, porque así ha sido mi carrera en el periodismo.
El gobierno priísta de MANUEL CAVAZOS LERMA me persiguió y el propio ex mandatario un día estuvo a punto de tirarme al suelo, había perdido los estribos ante la falta de argumentos para desmentir mis publicaciones en ELNORTE.
Un día salí de Tamaulipas porque información de ELNORTE del que era corresponsal advertía que en el gobierno de TOMÁS YARRINGTON corría peligro y fui trasladado a la sede del periódico en Monterrey.
Allá en Monterrey, en el 2000 el gobierno del panista FERNANDO CANALES me denunció junto al gobierno federal de ERNESTO ZEDILLO por una investigación que fue nota principal en ELNORTE y REFORMA que a ambas instancias dejó muy mal paradas.
Declare en calidad de indiciado por horas en la entonces PGR. En el 2001 fui incluido por el Departamento de Estado de Estados Unidos en la lista de los periodistas del mundo perseguidos y atacados por el gobierno.
De regreso en Tamaulipas, en Matamoros cuando dirigía un periódico en esa ciudad, un comando armado me detuvo y me retuvo por horas, amenazando con matarme. Dios me libró de eso.
He pasado por muchos otros episodios nada agradables en mi vida como periodista, pero nunca uno tan miserable, tan ruin y de tan baja monta como el del jueves, mismo que atribuyó al gobierno morenista de Tamaulipas.
Dejar de escribir sería, seguramente, la solución para que dejaran de intentar desacreditarme, pero he llegado a la conclusión de que ninguna mentira va a tapar sus verdades y que el tiempo y Dios ponen a cada uno en su lugar. Nos seguiremos leyendo.
PD. Del ataque en mi contra, la autoridad será quien se encargue. Al gobierno estatal y a quienes me han declarado su enemigo, mi mano extendida en el plano profesional, sin perder el respeto a mi libertad de expresión.