Por Javier Claudio
- – . Once familias controlan los medios nacionales en todo el país: Cencos
- – . La autocrítica exhibe vicios de agachonería, baquetonería y simulación
- – . Chanchullo descarado ocho kilómetros abandonados en la ruta nacional
Claridades. – Los organismos Reporteros Sin Fronteras y el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) presentaron el informe, denominado; “¿A quién pertenecen los medios?”, donde se detalla cómo sólo 11 familias controlan los medios más importantes del país y su cercana relación el Gobierno Federal. Todo esto, en medio de los acrecentados índices de violencia que se han registrado en los últimos años en contra de los representantes de medios.
Clarín. – Ahí se llevó a cabo una mesa de debate en torno a la importancia de la publicidad oficial y el papel que juega dentro de los medios de comunicación, en la que participaron Pamela San Martín, consejera del INE; Daniel Moreno, director de Animal Político; Justine Dupuy, coordinadora en Fundar; Javier Corral, gobernador de Chihuahua e Ixchel Cisneros, directora ejecutiva de Cencos, como moderadora. Es claro que la publicidad oficial está a sólo un paso del cohecho entre los actores.
Claro que sí. – La criminalización de la opinión evidentemente atenta la democracia, pues se deja de criticar lo mal hecho, todo parece estar bien y se concluye que un Gobierno sin critica, difícilmente pasará por el ojo de la aguja que es la sociedad civil. Los atentados al periodismo en los últimos años no han arrojado resultados por parte de las autoridades, lo que sería una fase inminente para inhibir este tipo de delitos y en la intensión además, de recuperar la credibilidad hacia quienes informan.
Claroscuro. – En una autocrítica, debe reconocerse que hoy distingue al periodismo la agachonería, la baquetonería, la improvisación y la simulación. Al menos, estas serían las poses más recurrentes y todo bajo el argumento de que difícilmente se puede exigir más si todos viajamos en el mismo barco de la inseguridad o –porque no– la necesidad. La ofensa al lector lastima su inteligencia y desiste finalmente buscar la información. Mientras tanto, persistimos en creer que el lisonjear pasa inadvertido.
Claro que no. – Todo esto, difícilmente hoy pasa desapercibido entre la ciudadanía, posicionada en las redes sociales, la que alza sin compasión alguna contra quienes mienten, carecen de elementos o bien se prestan a la farsa. El descrédito a la profesión de periodista, tiende una distancia abismal con la ciudadanía que finalmente opta por alimentarse mejor y con tiento inteligente en el Internet. El compromiso se agiganta inminente por cumplirle a la sociedad, igual el riesgo de llegar a ser ignorados.
Aclarando. – De acuerdo con la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH), los periodistas son parte de uno de los “grupos poblaciones especialmente afectados” por esta violencia. La CIDH y su Relatoría Especial ponen de presente manifiesto la grave situación de violencia que padecen periodistas, defensores de derechos humanos y comunicadores por el ejercicio de la libertad de expresión, que los convierte en un grupo de la población especialmente vulnerable”, según apreciación del órgano jurídico de la Organización de Estados Americanos (OEA), en un comunicado.
Clarificando. – Ante el reclamo, deben erguirse asociaciones y agrupaciones de periodistas para encaminarse hacia la profesionalización, como principal punto para rescatar la credibilidad y de la mano asistir los dueños de medios de comunicación para aportar sueldos decorosos y mantenerse vigilantes de impedir la corrupción y contribuir al rescate de la dignificación, como así lo hacen algunas empresas. Finalmente esto beneficiará a la sociedad civil y encauzará a autoridades por un mejor gobierno.
Sabía usted que. – No obstante que es tramo federal en la Carretera Nacional, los ambos sentidos, desde los límites de la ciudad hacia la antigua Garita Fiscal del Kilómetro 26, jamás le ha sido brindado mantenimiento por la SCT ni aquellas empresas encargadas de la rehabilitación, aun cuando en cada ocasión aparecen incluidos en la inversión esos deplorables ocho kilómetro.