Por Javier Claudio
- · – . No para y extiende la indagatoria en contra del ex gobernador Yarrington
- · – . Internación de autos “chuecos”, ilícito ajustado que subsiste en Aduana
- · – . Del total de autos que circulan en México el 50 por ciento son importados
Claridades. – En tanto el gobierno de Estados Unidos remueve todo el pasado del ex gobernador Tomás Yarrington, lo que ha dado lugar a una serie de confesiones de amigos, socios y hasta ex amantes, desata nuevamente especulación localmente al repetir algunos nombres y aflorar otros. Innegable la gran cantidad de amigos y socios que en alguna ocasión presumieron el nombre del mandatario y hoy se persignan no tanto por el yo no fui, sino porque el cielo los amparé. La situación tiende a dar más.
Clarín. – La lista de amigos es ineludible voltear a mirarla, cuyos integrantes locales se presumieron en algún momento con toda la influencia al figurar como socios y hasta se atrevieron a escalar peldaños e incurrir en nuevos ámbitos. Otro arraigo que trasciende fuertemente del ex gobernador de Tamaulipas y que tiene aquí, son la sociedad en algunas estaciones de radio. Por supuesto será negado todo nexo, pero se insiste que vendrá de golpe y porrazo la indagación, sin chanza de reacción alguna.
Aclarando. – Y ahí le va; lo que le siguen escavando a Tomás Yarrington no parece tener fin, entre lo que destaca un seguimiento al ser propietario de siete estaciones de radio en la banda de amplitud modulada en Tamaulipas. Las frecuencias operan en las siguientes localidades: una en Nuevo Laredo, otra en Camargo, dos en Matamoros, una en Tampico y dos en Pánuco, Veracruz. Asimismo, tiene acciones mayoritarias en tres de los 28 periódicos de circulación regional en Tamaulipas.
Claroscuro. – Penosa realidad, la importación de autos usados de Estados Unidos fue sin piedad y sin medida, la que inundó a México por años de vehículos “chatarra”, generando pérdidas millonarias a la industria mexicana, así como un lucrativo mercado informal que floreció a la zaga y donde –para asombro de algunos– los propios representantes de la Aduana controlaban el ilícito y establecieron precios a los llamados “cruzadores” en los puntos de inspección fiscal en la frontera.
Claro que sí. – El Gobierno Federal, en un intento por detener el ingreso excedente de vehículos usados, modificó el Decreto y únicamente permitió importación de autos de ocho y nueve años de antigüedad, pagando un arancel del 10 por ciento y un IVA del 16 por ciento, lo que propició entonces la aparición de una retahíla de amparos federales que diluyeron el esfuerzo de frenar estas importaciones. Hoy aparentemente aún hay amparos federales, pero nadie los utiliza debido a la advertencia de persecución fiscal advertida por el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Claro que no. – Para nadie es desapercibido que el incremento de compra de vehículos usados a Estados Unidos y Canadá desprende a razón de que son mucho más baratos y en ocasiones hasta de mejor calidad que en México. Y es que el costo de un mini-vehículo mexicano es de aproximadamente 93 mil pesos que convertidos a dólares serian aproximadamente seis mil dólares, sin duda una cantidad generosa para adquirir una compra mejor en el lado americano. El reclamo es; ¡póngalos baratos aquí…!
Clarificando. – Un dato que refleja el porqué de las razones de preferencias de compra de vehículos en lado americano y la necesidad de regularizar los que ya existen dentro del país es que en el mes de Julio del 2011, en tanto se conocían los detalles de la modificación al Decreto, las importaciones bajaron a 17 mil 448 unidades, pero luego repuntaron a sus niveles habituales con 44 mil 800 unidades en los meses de Agosto y 43 mil 750 unidades ya en el mes de Septiembre.
Sabía usted que. – Según la radiografía de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, se sostienen cifras nada alentadoras para el comercio interno, pues del total de autos circulando en el país, un 50 por ciento son dizques importados. Un vehículo compacto usado puede ser vendido entre dos mil y tres mil dólares, mientras que las camionetas grandes pueden llegar hasta los cuatro mil dólares. Por supuesto que gran parte de estos bajo el marco de la corrupción de autoridades fiscales.