Por Javier Claudio
- · – . El día último de este mes vence el Decreto sobre la importación de autos
- · – . Vaya serio lío para el gobierno de AMLO, legalizar lo que es contrabando
- · – . Del total de autos que circulan en México el 50 por ciento son importados
Claridades. – Está visto que prometer es lo más fácil entre políticos, como es ahora la pretendida regularización de los casi tres millones de vehículos “chocolates” en el país por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, acción que ya muestra los primeros trompicones por el grado de dificultad que esto representa, luego que en días pasados se tuvo como aparente aviso que no tendrá cambio el último Decreto, mientras que otros organismos, engañosamente lo celebraron como un triunfo.
Clarín. –Penosa realidad, la importación de autos usados de Estados Unidos fue sin piedad y sin medida, la que inundó a México por años de vehículos “chatarra”, generando pérdidas millonarias a la industria mexicana así como un lucrativo mercado informal que floreció a su sombra y donde –para asombro de algunos– los propios representantes de la Aduana controlaban el ilícito y establecieron precios a los llamados “cruzadores” en los puntos de inspección fiscal en la frontera.
Aclarando. – El asombro llega más allá, pues según estadísticas, los mexicanos compraron al exterior unos 6.3 millones de automóviles usados de 2005 a 2011, cuando México, Estados Unidos y Canadá abrieron sus respectivas fronteras a las unidades fabricadas en sus territorios con una antigüedad no mayor a 15 años al momento de la importación, pero motivado esto en gran parte por la restricción severa en créditos y los precios sumamente altos de las armadoras mexicanas.
Claroscuro. – Regularizar? En verdad que tema tan delicado por cualquier lado que se le vea. Todos tienen aristas, pues legalizar lo ilegal es como premiar al evasor. ¿Satisfacer una necesidad familiar?, pues. el vehículo ayuda a toda la familia a movilizarse. El verdadero usuario de un vehículo “chocolate” no tendrá dinero para pagar los impuestos y derechos que se le exijan, pero los ganones serán los que nacionalicen para revender. Los autos chocolates seguirán en ese estatus.
Claro que sí. – El Gobierno Federal, en un intento por detener el ingreso excedente de vehículos usados, modificó el Decreto y únicamente permitió importación de autos de ocho y nueve años de antigüedad, pagando un arancel del 10 por ciento y un IVA del 16 por ciento, lo que propició entonces la aparición de una retahíla de amparos federales que diluyeron el esfuerzo de frenar estas importaciones. Hoy aún hay amparos federales, pero se utilizan con titubeos debido a la advertencia de hostigamiento fiscal del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Claro que no. – Para nadie es desapercibido que el incremento de compra de vehículos usados a Estados Unidos y Canadá desprende a razón de que son mucho más baratos y en ocasiones hasta de mejor calidad que en México. Y es que el costo de un mini-vehículo mexicano es de aproximadamente 180 mil pesos que convertidos a dólares serian aproximadamente ocho mil dólares, sin duda una cantidad generosa para adquirir una compra mejor y hasta dos en el lado americano.
Clarificando. – Un dato que refleja el porqué de las razones de preferencias de compra de vehículos en lado americano es que en el mes de Julio del 2011, en tanto se conocían los detalles de la modificación al Decreto, las importaciones bajaron a 17 mil 448 unidades, pero luego repuntaron a sus niveles habituales con 44,800 unidades en los meses de Agosto y 43 mil 750 unidades en Septiembre. Las preferencias de compra ante una situación económicamente difícil, no cambiará y más si se realiza el sueño de poner en aún con la próxima práctica el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
Sabía usted que. – Según la radiografía de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, cifras nada alentadoras para el comercio interno observan que del total de autos circulando en el país, un 50 por ciento son importados. Un vehículo compacto usado puede ser vendido entre dos mil y tres mil dólares, mientras que las camionetas grandes pueden llegar hasta los cuatro mil dólares. Por supuesto que gran parte de estos con alguna relación bajo el marco de la corrupción de autoridades fiscales.