![](https://laredmultimedia.com/wp-content/uploads/2024/04/1-LA-PRIMERA.jpg)
NACIÓ EN MADERO EN 1924
Casi 30 años antes de nacer “Villa Cecilia”, ya existía Árbol Grande, su asentamiento se hizo sobre las vías del tren, que llegó a la zona en 1890 y junto a esta modernidad o precisamente por ella, se establecerá la primera refinería del norte del país justo aquí, sobre la margen derecha del río Pánuco y a unos metros de la zona de la Barra de Tampico.
ESPECIAL / LA RED DE ALTAMIRA
MADERO.- Casi 30 años antes de nacer “Villa Cecilia”, ya existía Árbol Grande, su asentamiento se hizo sobre las vías del tren, que llegó a la zona en 1890 y junto a esta modernidad o precisamente por ella, se establecerá la primera refinería del norte del país justo aquí, sobre la margen derecha del río Pánuco y a unos metros de la zona de la Barra de Tampico.
El paso de Doña Cecilia, servía de referencia para dirigirse a este sector, donde en 1887 Henry Clay Pierce y William H. Waters obtienen la concesión para construir la Waters Pierce Oil Co., el complejo refinador que movilizó a los magnates de todo el mundo hacia esta parte de México, iniciaba la época del auge petrolero, que terminó por transformar a toda la región social, económica y culturalmente.
Fue entonces, cuando se incia la instalación de la vía y la construcción de la refinería a partir de 1890, además de las personas que ya vivían en el Paso Doña Cecilia, que comenzaron a llegar cientos de trabajadores para establecerse esta zona que los nativos ya llamaban Árbol Grande, pues la obra de la refinería y el trazo del tren crearon una migración sin precedentes hacia Tampico.
El movimiento de personas fue tal que para 1900 ya vivían un poco más de mil 500 personas en esta área del río Pánuco, aún de Tampico, qué fueron convirtiendo el sector en un pequeño poblado que en algún tiempo se conoció como Villa Blanca, debido a que las pocas construcciones que se tenían estaban pintadas de este color, como medida para evitar los calores.
Juan José García Rodríguez, quien es ex líder del sindicato del petróleo y habitante de Árbol Grande, señala que este sector se caracterizó por ser un centro logístico desde el primer momento, ya que la refinería procesaba diversos productos traídos de Estados Unidos para ser llevados al centro del país, además de que había bodegas de mercancía y grandes corrales para las importaciones de ganado.
“Es de las colonias fundadoras de Ciudad Madero, que se formó con personas de la Huasteca, de la frontera y extranjeros que participaron en estas obras, llegando la colonia a tener una extensión verdaderamente importante en lo que es ahora Ciudad Madero, pues abarcaba territorio hacia el poniente y el norte, que después se convirtieron en la colonia Obrera, 1 de Mayo y la zona centro”, agregó.
Ya en su historia como parte de Ciudad Madero la colonia aportará diversos leyendas, como la historia de la “mujer vampiro”, obras arquitectónicas importantes como la iglesia de San Juan Bosco y grandes momentos de diversión en el Gimnasio de Árbol Grande, con artistas de talla nacional que llegaban a este centro de espectáculos único en su tipo en la región.
La gente que fundó Árbol Grande, le dio forma a Ciudad Madero, con su esfuerzo y su voluntad de hacer de este poblado algo más, sus luchas sociales y obreras crearon mejores condiciones para los trabajadores del petróleo y de otros sectores, por eso es importante reconocer en ellos a los verdaderos fundadores desde sus inicios de lo que hoy es llamada urbe petrolera, pues en sus calles creció este importante municipio.