Por Mario Vargas Suárez
El tema de las encuestas y sondeos electorales sigue en boca de muchos electores y los medios nos recreamos de las ‘palizas’ que provocan los seguidores y simpatizantes de los candidatos presidenciales y que solo uno de ellos deberá sustituir al de Atlacomulco, Enrique Peña Nieto (2012-2018). Es decir, este mismo año.
Llama la atención que el candidato de la coalición Todos por México, José Antonio Meade Kuribreña (49 años de edad), que en algunos anuncios publicitarios está argumentando la garantía para que los estudiantes mexicanos de la Educación Básica sigan con sus clases regulares de inglés y computación.
Al parecer el presidenciable Pepe Toño Meade hace este anuncio por la reacción del tabasqueño, también presidenciable, Andrés Manuel López (64 años de edad), al manifestarse contra de la reforma educativa y de plano ‘se fue de la lengua’ -otra vez- cuando dijo “…la vamos a echar para abajo…”
Me atrevo a decir que fueron expresiones de más, porque para deshacernos de algo, como sería el caso de la mal nombrada reforma educativa de este sexenio, debemos tener con qué sustituirla, además percibo que el equipo de MORENA no tiene un plan específico que pueda sustituirla.
Sin embargo algo que no han tomado en cuenta ni uno ni otro candidato es que el Programa de Inglés en Educación Básica y el de Computación, NO forman parte de la mal llamada reforma educativa, porque fueron propuestos en la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa, ahora de 75 años de edad, que por cierto, perdió la elección con el PRI frente al panista guanajuatense, Vicente Fox (2000).
La diferencia es que el nuevo presidente de México, Fox Quezada (2000-2006), no desechó la propuesta del sinaloense Labastida e incluyó en la Educación Básica estos dos programas, solo que nacieron con muy poco presupuesto y en algunas entidades sin dinero.
En Tamaulipas simultáneamente entraron los dos programas educativos (inglés y computación) pero no con recursos federales, más bien con financiamiento del gobierno del estado, al grado que, me parece, hasta la fecha los maestros contratados para el Programa de Inglés, siguen ganando mil pesos por grupo al mes y es una hora diaria. Pese a las promesas constantes de basificarlos.
En este sentido son muy cuestionables ambos programas porque el primer embate que significó fue la reducción de tiempo en el aula para las clases regulares, porque son dos horas menos que los alumnos dejan a un lado el programa oficial de grado. Y hablar de dos horas es mucho tiempo, porque si usted saca cuentas es la mitad del tiempo de la estancia en la escuela.
Además Pepe Toño Meade y el mismo tabasqueño Andrés Manuel López, pareciera desconocen que inglés y computación se implementó oficialmente desde el año 2001. Me atrevo a escribir que los estados de Jalisco y Coahuila son los pioneros en el programa de inglés en educación básica.
Tamaulipas se coló entre los mejores en aprovechamiento al grado que la coordinadora de aquél entonces, Alicia Zárate Caballero, fue llamada por la Secretaría de Educación Pública para dar conferencias en el país sobre la organización de los recursos humanos, materiales y administrativos del programa.
Tamaulipas también destacó porque acordó con la Universidad Pedagógica Nacional, la implementación de una licenciatura en lengua extranjera, donde se combinó la currícula con materias del área de la pedagogía para facilitar mayormente la enseñanza aprendizaje del idioma.
Los equipos de trabajo de los candidatos a la presidencia de la república, debieran asesorar muy bien a su presidenciable, porque su voz podrá escucharse fuerte y segura, pero no convincente, sobre todo porque son temas del conocimiento popular.
Si las cuentas no fallan, un niño que en el 2001 estaba en tercero de primaria –que es el grado donde inicia el programa, a estas alturas ya es profesionista y con toda seguridad recordará estas clases, por lo que las expresiones sobre el tema suenan falsas.
Vale la reflexión a las autoridades educativas de ahora y de mañana, sobre las dos horas diarias que inglés y computación siguen mermado al Plan Oficial de Estudios y esta pudiera ser una de las causas de los resultados reprobatorios en las evaluaciones internacionales.
Tengo la convicción de que las escuelas de tiempo completo pudieran adecuar sus horarios para que se dedique mayor tiempo a la academia.
El pero que se me ocurre es pensar en los compromisos internacionales para que nuestros -ahora- niños, no destaquen de adultos.