Raúl Hernández Moreno
El PRI está vivo. Lo demostró en la asamblea estatal del fin de semana. La clase política priista de los 43 municipios se hizo presente. Estuvieron desde alcaldes como Jesús de la Garza del Guante, de Matamoros; Oscar Almaraz, de Victoria; Juan Diego Guajardo, de Río Bravo; diputados federales y locales; síndicos y regidores.
Los dirigentes de los sectores y organizaciones, funcionarios federales, ex presidentes del PRI.
No asistieron ni Egidio Torre ni Eugenio Hernández, pero son ausencias que benefician al PRI. Tampoco se presentó Baltazar Hinojosa, que sigue sin superar su derrota.
En los últimos días, personajes como Oscar Luebbert, Enrique Cárdenas, Eliseo Castillo, Homar Zamorano, Ricardo Gamundi, Ramiro Ramos, Lucino Cervantes, Rafael González, se han reunido para discutir el futuro que viene.
Si algún ingenuo opositor creyó que la derrota de hace un año había sepultado al PRI, se equivoco, de la misma manera que lo pensaron en el 2000.
No solo están vivos los del PRI, además traen muy buen estado de ánimo. Están convencidos de que el próximo año la situación va a cambiar, que el PAN perderá Tamaulipas.
Por supuesto, una cosa es lo que el PRI crea y otra lo que crea el PAN.
Mientras tanto, este martes 4 el alcalde Enrique Rivas visitará la escuela Ignacio Zaragoza, en lo que será el plantel número 100, dentro del programa Mi escuela digna y moderna.
La visita se convertirá en una fiesta para los 600 alumnos que ahí estudian. Habrá payasos, música, animales de zoológico, pintacaritas, torneo deportivo, paletas de hielo, etc.
Para el próximo ciclo escolar continuarán los apoyos por parte del gobierno municipal a favor de las escuelas, además de becas y todo lo que sea en beneficio de la educación.
En otro tema, Enrique Garza está muy satisfecho con su trabajo en la Universidad Tecnológica y dice que la calidad de su educación permitirá pasar de una matrícula de dos mil alumnos con que cerró este año escolar, a dos mil 800 alumnos, a partir del próximo ciclo.
Garza es Comisario en la UT que dirige Alfonso Salas y señala que la calidad de la educación que se imparte favorece que alumnos que egresan de las preparatorias particulares se inscriban en la Universidad Tecnológica.
Pues que bien que eso pase. Nuevo Laredo no olvida que en el 2015 cerró sus puertas la Universidad del Valle de México por razones de seguridad y el entonces alcalde, Carlos Canturosas, no hizo nada para impedirlo. No asumió su papel de gobernante, no protegió a la UVM y casi un millar de estudiantes se les complicó la vida. Unos emigraron a Monterrey, otros se fueron a otros puntos del país o a la vecina ciudad de Laredo, Texas, y algunos más de plano tuvieron que suspender sus estudios, porque no tuvieron dinero para continuar su carrera.
El cierre de la UVM fue un golpe brutal para los jóvenes universitarios y no se olvida.