
Por Raúl Hernández Moreno
-También absorbió a la derecha
-E hizo suyas sus peores prácticas
-Mejoró la percepción sobre inseguridad
El siempre polémico Diego Fernández de Ceballos dice que el PRI no está muerto, solo mudo de siglas y colores y ahora se llama Morena.
Morena no sólo absorbió a priistas, también a políticos de todos los partidos. Personajes como Andrés Manuel López Obrador, Manuel Bartlett, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Layda Sansores, Sergio Gutiérrez Luna, entre otros, antes de militar en Morena, estuvieron en el PRI y conocieron y adoptaron lo peor del priismo, como la corrupción. Además, revivieron aquello de “Morena, la dictadura perfecta”.
Esa dictadura perfecta la pudimos apreciar el domingo, cuando para llenar el zócalo, para que la presidenta diera un mensaje a sus militantes -¿Qué no presentó su informe de gobierno el 1 de septiembre?- el gobierno recurrió al acarreo masivo movilizando a miles de personas, con cientos de autobuses, además de pagarles 100 pesos, una torta y un refresco.
¡El PRI está más vivo que nunca y se llama Morena!
La presidenta miente cuando dice que la derecha está derrotada: está dentro de Morena y el ejemplo más transparente son Javier Corral, Miguel Ángel Yunes, Manuel Espino y eso sólo por hablar de derechistas puros. A ellos hay que agregar a los conservadores vestidos de liberales, empezando por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, más reaccionario que Norberto Rivera. Por eso cuando tuvo el poder jamás hizo una crítica a las iglesias y a sus jerarcas, cuando incurrían en excesos, odiaba a la comunidad LGBT, a los movimientos feministas y toleraba la venta de niñas en Oaxaca y Guerrero, con el cuento de que “ahí no me meto, son sus usos y costumbres”. Claro que no señor, es trata de blancas.
En otro tema, el viernes último asistimos a la inauguración del Festival de la Costa del Seno Mexicano, con la presentación de la actriz de teatro Bianca Marroquín, la única mujer mexicana en ser protagonista en Broadway, con la obra Chicago, y el teatro del Centro Cultural estuvo lleno.
Ciertamente fue una presentación gratuita, pero que haya estado lleno el teatro es la confirmación de que se ha recuperado el clima de tranquilidad y seguridad en Nuevo Laredo.
El año pasado, el Festival trajo a Ramón Vargas, el principal tenor mexicano y uno de los más destacados a nivel mundial y sin embargo, el teatro estuvo solo. Era tan poca la gente, que el gran tenor lució molesto, no se preocupó en ocultarlo, y pidió a los pocos asistentes que bajaran de atrás y se acercaran al escenario, para estar más juntos.
El año pasado, a finales de octubre, el clima de inseguridad estaba tenso. Muchas familias optaban por salir lo menos posible en las noches. Hoy la percepción ciudadana en el tema de la inseguridad, mejoró considerablemente y que bueno que la gente aproveche este Festival cultural que incluye espectáculos de calidad mundial. A fin de cuentas, no todos pueden ir a Nueva York y pagar entre 300 y 400 dólares por un buen asiento para presenciar las obras de teatro más icónicas.
Sobre el tema de la inseguridad, el gobernador Américo Villarreal ha dicho que los delitos de alto impacto se redujeron en un 50 por ciento durante su gobierno, basado en datos duros del gobierno federal.
Obviamente una cosa son los números fríos y otra la percepción ciudadana. En Nuevo Laredo hemos vivido temporadas de inseguridad complicadas, que nos han dado mala fama como ciudad, a nivel nacional. Todo eso forma parte de un pasado reciente, que esperemos no se repita.
A cada región del estado le toca decir si la percepción ciudadana en el tema de la seguridad ha mejorado o no.
Y mientras tanto, los tres niveles de gobierno tienen que seguir enfrentado el tema de la inseguridad.