Por Raúl Hernández Moreno
¿Qué estaría pasando si al frente del gobierno federal estuviese el PRI o el PAN y se extraditara a México a un presunto delincuente que en vez de ser encarcelado, lo llevan del aeropuerto a un hospital?
Además, de no ser encarcelado, al que se supone es el hombre más y mejor informado de México, le preguntan sobre el extraditado y dice que fue llevado a un reclusorio, lo que no es verdad y su respuesta tiene dos explicaciones: Mintió para proteger al extraditado o dijo eso, porque no estaba enterado.
Mientras estuvo en España, el extraditado gozo de cabal salud, nada más piso tierra azteca y todo le duele.
Si todo esto hubiese pasado en los tiempos del PRI o el PAN, la izquierda estaría alzando la voz para quejarse de que persiste la impunidad, que es peor que la corrupción.
La extradición del ex director de Pemex, Emilio Lozoya inicia como un sainete, un show para distraer la atención de temas nacionales más preocupantes como la doble crisis sanitaria y económica. El gobierno federal necesita un distractor, una caja china y le apuesta a que el caso Lozoya le sirva con ese fin.
Además, no deja de ser curioso que se involucre en el caso Lozoya a políticos del PAN, como ex diputados federales y ex senadores identificados con Felipe Calderón, así como a gobernadores del PAN, y uno que otro personaje del PRI. Se habla de culpables, pero nada del dinero que debería recuperarse.
Siempre es lo mismo con los peces gordos: se les detiene, se les confina en un hospital o en una cárcel con lujos, pero no se les obliga a regresar el dinero robado y ese debería ser el objetivo central del combate a la corrupción: recuperar el dinero robado.
El ex director de Pemex viene dispuesto a cooperar y a involucrar a personajes políticos para que eventualmente se les enjuicie, o por lo menos se les “queme”, a cambio de inmunidad y es posible que, a cambio, también, de que no se le toque la fortuna conseguida de manera ilícita.
Qué padre mensaje para los corruptos: roba lo que quieras, luego pacta con el gobierno para entregar a algunos cómplices, tu fortuna queda blanqueada y tu expediente judicial queda limpio. Cooperación a cambio de inmunidad, de impunidad.
En otro tema, el ex presidente Vicente Fox canta las mañanitas personalizadas, a través de una aplicación digital, a un costo de 5,727 pesos. Luego de que el presidente López Obrador le quitó la pensión a los ex presidentes, Fox de algo tiene que vivir. Para mala suerte de Fox, sus hijastros, Jorge y Manuel Bribiesca, son malagradecidos y ya se les olvidó que al amparo de su padrastro se hicieron archimillonarios. Bien le puedan pasar una pensión de varios miles de dólares mensuales, durante varias generaciones, sin que su fortuna se reduzca.
En fin, si usted quiere echarle la mano, puede contratarlo para que le cante las mañanitas. Total, menos de seis mil pesitos no son mucho, a cambio de un regalo de ese tipo.