Javier Claudio / LA RED DE ALTAMIRA
NUEVO LAREDO.- Cuatro meses de “vida artificial” le quedan solamente a los dos o tres negocios que sobreviven e insisten en la legalización y venta de vehículos usados, al no existir capacidad para continuar resistiendo y la cerrazón de las autoridades en este tipo de importaciones.
Quienes quedarán serán los vendedores particulares y esto será relativo si insisten las autoridades del Servicio de Administración Tributaria y Aduanas en no autorizar el programa de importación con precios razonables, declaró Roberto Hierro Mendoza.
El representante de la Asociación de Vendedores de Autos Usados, advirtió que para fin de año serían cerrados los últimos negocios de este tipo, en tanto que quienes han replegado a la espera del programa de importación desistirán definitivamente.
“Nuestras ventas estarán caídas en más de un 80 por ciento, luego que todavía el año pasado llegaban a importarse hasta 30 vehículos al día y actualmente sumarán algunas cuatro unidades, cuyos trámites son caros”, comentó.
Hizo saber que la problemática no es exclusiva de importadores de autos usados, sino por igual están los yonques con una caída del 70 por ciento, luego que se importaban hasta 50 unidades a la semana.
“A las dificultades para importar vehículos, habría que sumarle las medidas de emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, al bajar los ingresos y con ello las ventas de vehículos o partes usadas en yonques”, dijo.
Hierro Mendoza, lamentó la falta de recurso económico en la ciudad debido la crisis sanitaria y que si bien no ha causado mayores estragos en los diferentes rubros es debido a la lucha cotidiana por sobrevivir, además del predominio de agencias aduanales y trasporte carga.
“Por lo pronto, los vendedores organizados de autos tenemos el tiempo contado para seguir en la actividad y este tiempo no pasa de fin de año”, remarcó el dirigente de vendedores de vehículos importados.