Por Javier Claudio
- * – . La reelección de Porfirio Díaz en aquél entonces causó gran arrebato
- * – . Datos sumamente interesantes tiene este proceso que bien vale conocer
- * – . Cierto AMLO a la cabeza, pero ¿estamos preparados para la izquierda?
Claridades. – En la recta final de un proceso de elección, destacan datos sumamente interesantes, donde por ejemplo se tiene una lista nominal de electores de 89 millones de personas y que es la más grande de la historia. Igual resalta también el voto por primera vez de 11 millones de jóvenes y la disputa de 18 mil 311 puestos públicos, pero además se elegirá al presidente de la República, gobernadores, un jefe de gobierno, alcaldes, regidores, sindicaturas, senadores, diputados locales y federales, entre otros.
Clarín. – Debe atraernos y motivarnos sobremanera el interés, el gasto de este proceso enorme por aproximadamente 33 mil millones de pesos, según datos del INE, lo que finalmente nos remarca que ese financiamiento de partidos políticos y el gasto de autoridades nos concierne y debe ser desvelo por sacar un proceso adelante. Todo este inmenso gasto nos traduce con toda facilidad la difusión de más de 60 millones de spots en radio y televisión, de los que la mayoría ya habrían sido deglutidos por el ciudadano.
Aclarando. – El panorama a nivel nacional es; José Antonio Meade, postulado por la coalición Todos por México formada por el PRI, junto con el PANAL y el PVEM. Otro es Ricardo Anaya, de la coalición Por México al Frente creada por los partidos PRD, Movimiento Ciudadano (MC) y el PAN. En tanto que el último contendiente es Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Juntos Haremos Historia formada por Morena, con los partidos PT y el PES.
Claroscuro. – Sin apasionamiento alguno y sin mucho menos ser partidistas, es innegable que en la contienda presidencial de 2018 el nombre que más se repite en medios tradicionales y redes de internet es Andrés Manuel López Obrador. Un sondeo realizado por GLAC-Pulso en la Red del diario El Financiero revela que entre el 17 y el 23 de marzo pasados López Obrador tuvo casi 690 mil referencias en internet. Ni hablar; de los cuatro candidatos presidenciales es el que más se menciona en redes sociales. Ahora bien, ¿México está preparado para atender el llamado de la izquierda?
Clarificando. – Información recabada en distintos medios y reconocidos de nivel nacional, señalan que desde mediados de 2017 prácticamente todas las mediciones sobre la intención de voto ubican como puntero al candidato de Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador. Cabe destacar que este personaje no es la primera vez que encabeza sondeos electorales, pues en la campaña presidencial de 2006 arrancó como favorito pero “oficialmente perdió la contienda”. ¡Quién para ese tren!
Claro que sí. – Los candidatos independientes serían el agregado a este proceso, luego de ser autorizados a participar desde el 2012 y cuyo formato no deja de ser un desdén con el consabido intento por la desaparición de los partidos políticos. Abierta la puerta, este año se registraron 48 personas en busca de la presidencia de la República, aunque para contender debieron conseguir el apoyo de al menos 866 mil 593 personas con derecho a voto. Un cuadro desgastante –sin lugar a dudas– de principio a fin.
Claro que no. – Otro dato que prevalece en el sostenimiento popular, afirma que este próximo primero de julio se vivirá un proceso como no había ocurrido en un siglo, pues serán tan importantes como las de 1910, cuando la reelección del entonces mandatario de México, Porfirio Díaz, que provocó la Revolución Mexicana y que causó la muerte de un millón de personas y cambió la vida del país. Mientras tanto dejemos esta elección como una competencia reñida, aunque no escapa a los crespones de luto
Sabía usted que. – Durante 66 años en México la única forma de participar en una elección era con el respaldo de un partido político. Bajo la advertencia de la aplicación de la ley, los candidatos independientes fueron prohibidos en 1946 por el entonces presidente Manuel Ávila Camacho. Pese a los intentos de ciudadanos por participar en elecciones sin partido político alguno, fueron rechazados una y otra vez, además de decretar esta intensión como ilegal.