Por Javier Claudio
Claridades. – Se debe reconocer que en el caso del atentado al secretario de la Seguridad Ciudadana (SSC) del gobierno capitalino, Omar Hamid García Harfuch, de donde no pudo escapar fue de los ataques de quienes están en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador al hacer una nube de observaciones, que sin embargo no dejan de cumplir parte del cometido como es el sembrar la duda sobre la actividad del funcionario y que sería en el peor de los casos el más grave trompicón. Sí… la duda.
Clarín. – Juzgue usted así entonces; García Hurfuch es hijo de Javier García Paniagua, quien fue titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) durante la llamada “Guerra Sucia” en los años 70, y nieto de Marcelino García Barragán, quien fue secretario de la Defensa Nacional en 1968, año del movimiento estudiantil que terminó en la masacre de Tlatelolco. Salpica también el caso Ayotzinapa, pues el padre del jefe de escoltas asesinado durante el ataque, fue custodiado al funeral desde Guerrero.
Claroscuro. – Según difundió WikiLeaks, desde 2009 García Harfuch y 11 agentes de la Policía Federal eran investigados por el gobierno de Estados Unidos por presuntas irregularidades o actos delincuenciales. En 2010 había sido investigado por participar en un curso antipandillas en El Salvador, según esta información. Tanto aparataje en el ataque lo contraviene la captura casi inmediata de gatilleros, igual la improvisación pues en la huida no se tomaron en cuenta las cámaras de video vigilancia.
Aclarando. – No somos partidarios de hacer defensas innecesarias como sería del jefe de la Jurisdicción No. 05, doctor Oscar González Arrambide, pues bien criticado es su despotismo para con los empleados, pero sí reprobamos la protesta de un grupo de trabajadores que le bloquearon la entrada, al aprovechar torpemente la coyuntura de la emergencia sanitaria para descontrolar el mando, sin medir consecuencias que buscaba doblegar el rechazo a las gestiones de beneficio laboral.
Clarificando. – De lo más deplorable que Nuevo Laredo esté cada día más alejado de la mano de la Federación, entre lo que destaca la falta de apoyo directo y en todas sus colindantes para ataja el Covid-19, la atención a los migrante, vialidades carreteras adecuadas y de calidad. Esto, sin contar los pendientes en el tintero, como es el traslado de la Administración General de Aduanas y el rescate de Ferronales, entre otros. Ah y la desaparición de la oficina de Secretaría de la Función Pública, otra más.
Claro que no. – Nada convincente ni de utilidad el que tenga tanto organismo la ciudad, que bien deberían tener un involucramiento transparentado en el Gobierno, los que además parecen clonados, como así, Organismos de NLD y el Consejo de Instituciones, que bien de los dos los salvaría que sí se puede hacer uno sólo y no que de los dos no se haga uno. Sí pedimos en elecciones debates, por qué no a sus titulares Rodolfo Garza y Fernando Rodríguez Garza, debatir sobre hechos por la ciudad.
Claro que sí. – Cierto, lo advertimos hace apenas unos meses con respecto al Fideicomiso del Puente III, que bien estaría en la mira del presidente Andrés Manuel López Obrador luego del decreto de la desaparición de todo fideicomiso, pues bien debe quedar bien claro que el Fideicomiso, actualmente en manos del Estado y por derecho perteneciente a Nuevo Laredo, salva del embiste del Gobierno Federal y por lo tanto el monto acumulado, primeramente deben ser dado a conocer para su aplicación
Sabía usted que. – El Fideicomiso del Puente III surge de una concesión federal con el Estado quien luego de darle largas, trámites y demás, finalmente no le quiso entrar y se lo cedió al gobierno municipal, que sí le entró y con lana de su bolsa. Hoy, le envuelve a alcalde Enrique Rivas Cuéllar toda la acuciosidad del mundo para invertir recursos provenientes de los aforos acumulados desde hace veinte años, amén de los que se habrían gastado en obras. Hay tiempo para analizar, los recursos (según 800 millones de pesos) que no están al alcance de la Federación.