Por Mario Vargas Suárez
Resumen: La historia del SNTE se puede dividir en varias etapas: La primera de 1943 a 1972, donde un grupo de profesores unidos por el presidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946) determinó la vida sindical de los maestros por 29 años, aunque también su incursión a la vida política del país; La etapa II, abarca de 1972 a 1989, donde el presidente Luis Echeverría Álvarez apoya a Carlos Jongitud Barrios para que ‘dirija’ al SNTE y el período es de 17 años, con las canonjías políticas nacionales que sus antecesores. La etapa III se da entre 1989-2013, sexenio de Carlos Salinas de Gortari que inscribe a Elba Esther Gordillo Morales como sustituta en la dirección sindical.
La parte IV de esta historia se escribe en febrero de 2013, con el encarcelamiento de la chiapaneca, donde aparece nuevamente la figura presidencial de Enrique Peña Nieto, que permite a Juan Díaz de la Torre ascender al mando del SNTE.
Lo rescatable de esta reflexión es que los presidentes mexicanos Manuel Ávila Camacho (1943), Luis Echeverría Álvarez (1972), Carlos Salinas de Gortari (1989) y Enrique Peña Nieto (2013), son quienes han manipulado el poder político para manejar a los más de un millón de trabajadores de la educación nacional.
Anticipo que la IV parte de la historia del SNTE no ha concluido, aunque todo indica que el jalisciense, Juan Díaz no las tiene todas con él, cuando su sospechoso silencio en torno a su antigua jefa sindical habilita a algunos colaboradores para allegarse al triunfador de la contienda electoral 2018.
En otras palabras, se supone que desde su prisión domiciliaria, Elba Esther Gordillo autorizó a su nieto, el ex diputado, René Fujiwara y su yerno, exsubsecretario de Educación, Fernando González Sánchez, el acercamiento y acuerdos con el Staff del entonces candidato a la presidencia del país, Andrés Manuel López.
Se puede decir que el final de la etapa IV de esta historia se empezó a escribir desde los acuerdos cupulares en MORENA y los exdueños del SNTE y el PANAL, porque, amén del nieto y yerno, la figura de Rafael Ochoa Guzmán, Secretario General del sindicato, caído junto a Gordillo, ahora encabeza la nueva agrupación de maestros adheridos al partido de López O.
Junto a Ochoa Guzmán, surgió la figura de un ex dirigente sindical de la sección 30, Enrique Meléndez Pérez, (Padilla, Tam., 1956), de quién mucho se habló de la cercanía con la de Chiapas.
Meléndez Pérez ha sido un líder carismático, cuya simpatía sigue siendo bien vista por un número indeterminado de profesores tamaulipecos, ya en las comisiones nacionales del SNTE, con Elba Esther Gordillo y con Juan Díaz de la Torre.
Enrique Meléndez fue diputado por el PRI, promotor del PANAL, representante de Gordillo y Díaz de la Torre, hasta el Congreso Nacional (2018) donde presenta su renuncia a la comisión del SNTE.
Hasta el momento nadie sabe si el profesor Meléndez Pérez, sigue como maestro activo, es jubilado y o está comisionado a una dependencia. Lo que se sabe, mediáticamente, es que estuvo en Tamaulipas, promoviendo entre el magisterio, el voto a favor de MORENA y en contra del PANAL.
El periodista Alberto Guerra Salazar el 22 de Abril de este año publicó “…Enrique Meléndez anuncia el arranque hoy lunes en la frontera, de un movimiento encaminado a rescatar al sindicato tamaulipeco y a moralizar el SARTET… la sospecha de que los recursos derivados del manejo del fondo de los profesores esté siendo irregular… creación de un consejo técnico administrativo, que audite periódicamente al SARTET.”
En otras palabras, esta etapa en la historia del SNTE ya se empezó a escribir y sin dudarlo, la figura presidencial vuelve hacer su importante aparición en el sindicalismo magisterial del país.
Los Peros
El abanderado de MORENA cobijó desde antes del inicio de la campaña presidencial a la Coordinadora de maestros (CNTE) que se distinguieron por varios sexenios por hacer más que tropelías cuando cerraron calles y volverlas casi ciudades perdidas por la desorganización, suciedad y desaseo. Además de provocar el cierre de varios negocios, desvíos de tráfico y personas.
No obvie que en el sexenio pasado, en Oaxaca, Gabino Cué, hizo alianza la Sección 22 del SNTE, incluso les entregó la administración de la educación del estado -incluyendo presupuestos- pero nunca fue suficiente, al grado que el mandatario estatal pidió el auxilio federal que procedió al encarcelamiento de varios dirigentes.
La mano dura del gobierno federal se hizo presente… los disidentes del SNTE se replegaron, para volver a tomar las calles en la contienda electoral, al amparo de MORENA y todo su aparato. Este mes es La Güelaguetza en la capital, a ver qué sucede.
A manera de cierre: ¿Cuáles deberán ser las fichas que juegue el matamorense, Rigoberto Guevara Vázquez, Secretario General de la Sección 30 del SNTE en este juego de poder? ¿Cuál es el porcentaje de los casi 60 mil profesores tamaulipecos con un alto índice de molestia por la ‘tibieza’ del líder?
Los problemas salariales en el que metieron a miles de profesores no fueron ‘pecatas minutas’. Sí ya les están pagando y ¿los intereses que les cargaron a los maestros al pedir prestado o por falta de pago puntual?