Javier Claudio / LA RED DE ALTAMIRA
NUEVO LAREDO.- Toda afiliación de vehículos “chocolate” propiedad de residentes fronterizos a la Organización Nacional para la Protección del Patrimonio Familiar (Onappafa), son un reflejo de opción a la pretensión de la legalidad.
“Ha quedado muy en claro que la afiliación a Onappafa no es ningún salvoconducto ante autoridad alguna para circulación libre de vehículo alguno, pero la documentación que se entrega acredita al propietario en su propuesta de encausar por la legalización de la unidad”, dijo Juan Enrique Mondragón Martínez.
El representante local de Onappafa, expuso que otra de las razones de adherirse a este organismo nacional, es al retardo de un programa de regularización -ahora aparentemente estancado-, así también la necesidad de mostrar una figura que les acredite la legalidad de la posesión del vehículo y quien lo conduce.
Enfatizó al citar que las prórrogas constantes del programa de legalización vehicular, recurrentemente tiene un argumento y en este último caso es la publicación de las reglas para un programa de regularización y otro tanto a creación de una zona libre en frontera.
“Esa zona libre nos ubicaría como la parte noreste de la frontera, donde se encuentran California y Sonora, que los loteros manejan una preimportación vehicular, esto es que cada unidad americana paga una cantidad adicional que es promesa de regularización”, dijo Mondragón Martínez.
Hizo saber que en la ciudad circulan alrededor de seis mil vehículos con placas de Onappafa y credencial al conductor, cuyo costo es de 2 mil 500 pesos la afiliación y apago anual de 500 pesos.
Explicó que, en caso de ser cuestionados por alguna autoridad, la documentación de Onappafa acredita la compra legal de la unidad motriz, del conductor y en caso de accidente y tenga que responder, está debidamente identificado en el archivo de datos del organismo.