El robo de luz recientemente fue elevado en su penalidad como un delito federal y contempla hasta cárcel, no se ha logrado inhibir que este acto ilícito se siga repitiendo
Aun cuando la lucha para combatirlo por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se asegura es permanente y con personal foráneo para asegurar el cometido, la recurrencia de este ilícito se sostiene.
Javier Claudio / LA RED DE ALTAMIRA
NUEVO LAREDO.- Aun cuando el robo de luz recientemente fue elevado en su penalidad como un delito federal y contempla hasta cárcel, no se ha logrado inhibir que este acto ilícito se continúa repitiendo.
Aun cuando la lucha para combatirlo por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se asegura es permanente y con personal foráneo para asegurar el cometido, la recurrencia de este ilícito se sostiene.
Las cuadrillas de inspección, todas procedentes de la CFE Monterrey, realizan trabajos periódicamente para detectar cableado irregular o bien los llamados diablitos que son colocados en los medidores para aminorar el marcaje.
Aun cuando la CFE sostiene estas brigadas de inspección de manera periódicas y de acuerdo a un rol, se tiene estimada una pérdida de alrededor de 50 millones de pesos anuales por esta mala práctica de usuarios.
De acuerdo a la información obtenida de esta empresa pública, el Código Penal Federal, en el artículo 368, de la fracción II, establece que cuando un usuario se apodera del “fluido eléctrico”, es decir, cuando no tiene un contrato de suministro, ni un medidor de luz, recibe sanciones de tres a 10 años de prisión y hasta mil días de salario-multa, es decir, arriba de 66 mil 450 pesos.
Información aportada por algunos inspectores de la CFE, observaron que este delito habría elevado en un 35 por ciento durante el último año pese al endurecimiento de la ley para sancionar el ilícito.
Como parte de las inspecciones de robo de luz, es característico el alta de algún domicilio falso para recibir el suministro, se coloca un “diablito” para amortiguar el consumo y de donde a su vez se “cuelgan” otros vecinos al sector.
Como bien se observa, son dos tipos de robo de energía eléctrica; el que cometen aquellos que utilizan “diablitos” en los medidores de domicilios o bien los “colgados”, que son quienes cablean la conexión desde algún punto de distribución.
“La verdad, existe de todo en el robo de luz, así se observa de tendajos, comercios informales y hasta franeleros, como los que mayormente aparecen en el ilícito del cableado, sin que la CFE logre erradicar este problema que le representa un sangrado económico”, dijo uno de los empleados.