Por Javier Claudio
Claridades. – No deja de asomar en un acto más de impunidad el aspaviento del Gobierno Federal acerca del más reciente informe de la industria automotriz mexicana, quien celebra que este año un incremento del 25 por ciento la demanda de crédito, debido al cumplimiento del cierre de la frontera a la importación desmedida de vehículos americanos usados, mediante una serie de “candados” que van desde elevar precios de operaciones aduaneras, hasta el exacerbado endurecimiento de requisitos.
Aclarando. – Según la Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos (AMDA), entre Enero y Agosto, la importación de vehículos usados desplomó en un 70 por ciento, como efecto de la serie de trabas, con lo que este año sería el primero en la última década en que la cifra de vehículos importados sea menor a 200 mil unidades, luego que desde la apertura en el 2005 se adquirían en el extranjero hasta 600 mil unidades motriz por año. Fue entonces se habló de la invasión de chatarra al país.
Claro que sí. – Ciertamente el daño era severo a la industria automotriz mexicana con los excedentes anuales de importación de vehículos extranjeros, pero también motivado por la cerrazón crediticia en México en tanto que en Estados Unidos se cumplía un doble cometido; se abría una nueva corriente importadora y de paso les limpiábamos de chatarra el patio. Surgieron entonces los reclamos del sector productivo automotriz, quienes presionaron para ejercer su influencia en el Gobierno Federal.
Clarificando. – Todavía hace cuatro años, allá por el mes de Julio –mientras se conocían los detalles del decreto modificado– las importaciones de vehículos usados llegaron a bajar a 17 mil 448 unidades mensuales, pero luego repuntaron a sus niveles habituales con 44 mil 800 unidades en agosto y 43 mil 750 unidades en septiembre. El punto de Nuevo Laredo, fue considerado siempre el más fuerte para el paso de este tipo de importaciones al sumar hasta más de dos mil vehículos por semana.
Claro que no. – Los enormes ingresos no eran privativos de la Aduana, pues Nuevo Laredo vivió un segundo respiro en ingresos económicos desde la desaparición del Resguardo Aduanal Mexicano, donde lo mismo se llevaba desde el vendedor de boletes de lotería hasta el franelero y todos los negocios establecidos en los alrededores de las comercializadoras y agencias aduanales dedicadas a la importación de vehículos, la mayoría establecidas cerca del Puente II. Una corrupción al estilo Chucho el Roto.
Clarín. – Por años, millones de compradores recurrieron también a varios amparos federales, una figura jurídica que tiene la persona para hacer que se repare en su favor cualquier violación a sus garantías individuales, lo que llegó a anular la efectividad de cada uno de los Decretos. En todo el 2010 se importaron 470 mil 000 autos, de los cuales más de 200 mil lo hicieron con un amparo suspensorio del Decreto, dejando a su vez en desventaja todo intento de recuperación de las ensambladoras.
Claroscuro. –La infestación de vehículos americanos al país fue arrollador, peor aún de autos “salvajes”, los que las aseguradoras estadounidenses califican como “pérdida total”. El problema es gravísimo, el asunto es que las autoridades así lo vean también, en este caso las judiciales, las que han otorgado con muy pocos elementos estas suspensiones de amparo, dijo en su momento Eduardo Solís, jefe de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). La reacción fue el cese de jueces en fila.
Sabía usted que. – Los mexicanos han comprado al exterior casi ocho millones de automóviles usados desde el 2005, cuando México, Estados Unidos y Canadá abrieron sus respectivas fronteras a las unidades fabricadas en sus territorios con una antigüedad no mayor a 15 años al momento de la importación. La disminución de este tipo de importaciones no se logró pese a las medidas restrictivas por parte de autoridades de la Secretaría de Hacienda, debido principalmente a las nuevas formas del contrabando.