
POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO
Conozco el estilo de Enrique Cárdenas del Avellano, y sé qué, cuando llega a una responsabilidad pública, como la que ahora, acaba de iniciar, no es para chuparse el dedo, ni para ampliar su currículum. ECA, no es de los que acepta un nombramiento para decorar sus oficinas.
Todo lo contrario, es un hombre de territorio, un político profesional, de tiempo completo, todo praxis. Por eso, ahora que los mexiquenses que ejercen el poder federal, lo han llamado para que les apoye como Delegado de Gobernación en la región noreste, la primera lectura que se me viene a la mente, es un cierre de filas, en torno al futuro inmediato.
Pero también un viraje en la manera de hacer política, desde el centro del país. Se acabó la era Osorio, y ahora, las cosas se están haciendo de una manera muy diferente.
Alfonso Navarrete Prida, es considerado como el amigo, casi hermano más próximo a Peña Nieto, y constituye junto con Luis Enrique Miranda Nava, y otros personajes de la cúpula sexenal, el grupo más influyente que gobierna, desde Los Pinos.
¿Qué encomienda le están dando al político y empresario tamaulipeco, al extenderle un nombramiento que le inyecta bríos y personalidad a una oficina, hasta hace unos meses, convertida en un simple enclave burocrático?
Me queda claro que, el nuevo Delegado, se convierte en un actor político de primer nivel, tanto hacia el interior de la estructura administrativa, como hacia el exterior. Hacia adentro, va a coordinar al resto de las delegaciones, y es muy seguro que los va a meter a todos en cintura, pues ya hacía falta.
Pero ECA también juega, ya desde ahora un papel de enlace con el gobierno estatal panista de Tamaulipas. Esto, desde luego, podría modificar, en ciertas formas, la relación que hasta ahora se daba entre el centro y la administración cabecista.
Enrique, es un tamaulipeco que no hace política de mentiritas, ni de simulación. Creo que lo eligieron por su probada lealtad a las instituciones del gobierno peñista, pero ante todo, por su calidad de agente libre y sin mancha, en un tiempo en que, el priismo luce muy desgastado.
Desde la región centro del país, lo ven con respeto, pues Cárdenas del Avellano esta al margen de los escándalos de los ex gobernadores, y es un político que se puede parar, lo mismo ante un gobernador panista que priista, con la frente en alto. En suma, no tiene cola que le pisen.
Dice la máxima, que el poder es para ejercerlo y para refrendarlo. En este sentido, al final de su sexenio, el Presidente está colocando como jefe de delegaciones federales en esta región, a un político de territorio, y no a un empleado de oficina.
Enrique se está colocando así, como el liderazgo político que la institución peñista necesitaba, en un estado como Tamaulipas, donde los Delegados federales, venían haciendo lo que les daba la gana. Y por momentos parecía que cada uno de ellos rezaba para su propio santo, o bien buscaban jalar agua para su molino.
El arribo de Cárdenas del Avellano, marcará también sin duda, una nueva relación del gobierno federal con el gobierno panista del reynosense Francisco Javier García Cabeza de Vaca. De los pocos priistas que CV ve con respeto, es a Cárdenas del Avellano.
Pero, las amplias atribuciones, de la Delegación asignada a Enrique Cárdenas, no paran ahí, pues se sabe que, en el actual sexenio, también ejercen una constante interlocución con los organismos empresariales y organizaciones sociales.
Justo de este tamaño será la formidable tarea que le espera a Enrique, pero no solo en Tamaulipas, sino en Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas.
De estas cinco entidades, tres están gobernadas por el PRI: Coahuila, Durango y San Luis Potosí. El resto, por un independiente y por el PAN.
Llama la atención que, le hayan otorgado a ECA, prácticamente el timón de la política peñista en la compleja región norestense, donde la primer condición para cumplir la encomienda, son los arrestos.
Su designación, habla ya, en primer lugar de que, el gobierno de la república, está colocando a una pieza, de personalidad fuerte, acorde con los difíciles tiempos que se ven venir, en el epílogo del actual sexenio.
Una personalidad, como la de Enrique Cárdenas, estaría llamada a meter disciplina hacia adentro, pero igual podría establecer una relación de diálogo con los gobiernos opositores, al PRI, en este caso, Tamaulipas y Nuevo León, a los cuales todavía no podemos descartar, como aliados de Meade.
El mensaje que está enviando la Presidencia de la república, con el arribo de ECA, es, en primer lugar, meter orden, y alinear en torno a la política de Los Pinos, a los delegados federales del noreste.
La experiencia política de Enrique, puede operar, indudablemente como un factor importante, para hacer sentir el andamiaje peñista, de cara al complejo escenario de la lucha por el poder que se vive.
¿Cuál es la misión que le ha asignado, el Presidente de la república a Cárdenas del Avellano, con este poderoso nombramiento?
Lo estaremos viendo, en las semanas por venir.