Por Javier Claudio
Claroscuro. – Lo que no falló, como en anteriores elecciones, fue el mal trabajo del INE al mostrar un retroceso de hasta 30 años en la organización de elecciones, luego que, contando con un presupuesto de 24 mil millones de pesos, finalmente no mostró lo suficiente para llevar un proceso de manera holgado y cómodo para el ciudadano. Para algunos integrantes de la Iniciativa Privada, urge un cambio de fondo que permita la modernización y la agilización de este proceso que se insiste verlo como democrático.
Claro que sí. – Debe señalarse que como sucia estrategia de partidos políticos –y nadie más– se estuvo intimidando a los funcionarios para que no acudieran a la casilla (893) asignada. Fueron mostrados textos enviados a los celulares, donde se advertía que algo les podría pasar al funcionario o su familia si desacataban el no acudir a atender la casilla y que sabían dónde vivían. ¿Que se abra una investigación?, estará hartamente difícil, aun cuando hay quienes cuentan con esas pruebas fehacientes en sus celulares.
Clarín. – Certera la crítica de José Cruz de la Luz Paz, presidente del Patronato del Consejo de Instituciones, al considerar que las largas filas obedecieron a lo tardío en apertura de casillas, otro más a la lentitud de operación de la entrega y registro, no tanto porque se habría incrementado la participación de la ciudadanía. Hasta una hora y media de tiempo como mínimo se llevaron un sinnúmero de ciudadanos para poder votar, incluyendo personas con discapacidad y ancianos, así, otros tanto optaron por desistir.
Claridades. – Si bien es cierto, es responsabilidad de los partidos políticos la selección de los representantes de casillas, así también hubo algunos organismos tan precarios en su militancia que no alcanzaron a llenar los vacíos de funcionarios en las mesas de votaciones y eso contribuiría al retardo del proceso de votación. Igual cierto es que corresponde al INE crear formatos adecuados y modernos para que cumplan con las expectativas de dinámica del voto, amén de tantos partidos políticos participantes.
Clarificando. – Dada esta informalidad, propiciado en gran parte por la cadena de fallas del INE, los resultados seguían siendo protestados por la candidata a la presidencia municipal por el PAN, Yahleel Abdala Carmona, quien en reunión en el Consejo Municipal del partido blanquiazul alistaba un proceso legal de inconformidad, es decir impugnaría las elecciones. La contra parte fue Cristabell Zamora (PRI) quien con sensatez se dirigió a sus simpatizantes en redes y agradeció amistad y otros logros.
Claro que no. – No es cierto, no hubo tal efervescencia de votantes, ni por lo tanto diferencia que aliente la pretendida democracia, pues de un padrón promedio de 350 mil votantes que tiene Nuevo Laredo, casi tres horas después de cerradas las votaciones del domingo, no escapaba un dejo de angustia entre algunos políticos, luego que apenas se tenía el registro de un 38 por ciento de participantes con su voto. Finalmente, autoridades electorales determinaron que votó el 51 por ciento del padrón.
Sabía usted que. – La lentitud en el proceso para atender a votantes, fue tal que ineludiblemente inhibió el voto, según conclusión de la Iniciativa Privada. Vaya esto como ejemplo si se considera que, son como mínimo tres minutos los que se lleva cada ciudadano para votar, esto significa que mil votantes requerirían de tres mil minutos, un equivalente a 50 horas para poder emitir su sufragio y… ¡solamente son diez horas las que tiene el proceso de votación!