Por Javier Claudio
Claroscuro. – Nuestra política es una vergüenza, así lo denota la reciente “toma y daca” entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el ex dirigente del PAN, Ricardo Anaya, luego que este declaró recientemente estar dispuesto a comparecer ante el juzgado, siempre y cuando los hermanos del mandatario, Pío y Jesús Martínez López Obrador hagan lo mismo, esto es se acerquen ante la misma autoridad para que respondan sobre los videos donde reciben cantidades de dinero no determinadas.
Claro que sí. – “Para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta”, dice aquella inteligente reflexión, la que fácilmente sería el marco de este suceso entre nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya y cuya situación sólo ha engrandecido el cuestionamiento, plagado de dudas y más decepciones para el ciudadano. Este escándalo que remarca que, se da “hasta en las mejores familiar”, deja al descubierto que nadie parece a salvo pues indudablemente acapara ambos lados.
Aclarando. – Para la mayoría pasó desapercibido, y será tal vez por la subestimación del cumplimiento del Gobierno Federal acerca de la emergencia pública en materia sanitaria relacionada con el coronavirus, la que fue emitida por Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU) 3111-20 y que según impediría los cortes por falta de pago de los servicios básicos de gas, luz, agua, telefonía fija, Internet y televisión por cable durante 180 días, tiempo en que se estimó duraría la crisis de la contingencia.
Clarín. – Ya es de sobra conocido por la ciudadanía que no hubo tal tregua, pues no se cumplió esa dispensa de la Federación, pese a la serie de despidos laborales, suspensiones y/o recortes de actividades. Todos debimos pagar y sino, ahí estuvieron las casas de empeño como las mejores alternativas para los trabajadores, las que difícilmente se dieron abasto e hicieron el gran negocio. Según el Gobierno Federal, no se podría disponer la suspensión o corte por falta de pago, hasta por tres facturas.
Clarificando. – Uno de los rubros en el sector laboral más acicateado por la crisis de la pandemia es el de los taxistas, quienes de manera dramática han tenido que recurrir al subempleo para alcanzar el sustento de sus familias, luego que casi un 70 por ciento de los taxistas abandonó este oficio. La crisis comenzó cuando el PRI los invitó a sumarse a las campañas bajo la promesa de concesiones.
Claro que no. – De lo más complicado le resultó a Omar Enríquez la visita que realizó la presidenta electa Carmen Lilia Canturosas Villarreal a Protección Civil y Bomberos, pues con el orden y respeto que consideró aplicar, la recibió y fue mal vista por la superioridad y le costó la chamba. Acciones tempraneras, sólo traen incomodidades. Omar, considerado un buen elemento, olvidó la institucionalidad y se fue de bruces. Qué pena. Resumimos que todo a su tiempo, permite espacio y orden.
Sabía usted que. – El hoy ex director del Hospital General de Zona del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), doctor Alejandro Soto Villa, apenas y fue substituido hace poco más de una semana por el galeno José Martínez, le fue detectado casi de inmediato el contagió de Covid-19. Fue trasladado de emergencia la ciudad de Monterrey, donde convalece bajo un estado delicado de salud. Una plegaria por su pronta recuperación.