
– . Nuevo Laredo bajo tres fuegos; Nuevo León, Laredo y Gobierno Federal
– . El cruce de residuos peligrosos por Colombia, aunque no hay bomberos
– . Oscurantismo en aforos de nuestro Puente III en manos de Cd. Victoria
Por Javier Claudio
Claridades. – Por supuesto que no es paranoia. Si nos asomamos un poco a la historia podremos convencernos que desde hace más de 20 años Nuevo Laredo es víctima de insidias y ataques sistemáticos que lo han hundido en la más profunda crisis económica, en la incertidumbre y el abandono, siendo los principales enemigos en esta afanosa posesión del dominio total del escenario; el vecinos Estado de Nuevo León, nuestra ciudad “hermana” de Laredo, Texas y el Gobierno Federal.
Aclarando. – En primer término, Nuevo Laredo aparece bajo dos fuegos, como son el Estado de Nuevo León y la ciudad de Laredo, Texas, en tanto se pierde en sus lamentos de apoyo y sólo encuentra la socarronería del Gobierno Federal, que por momentos pareciera disfrutar el languidecer de nuestra economía y el cierre de puerta tras puerta. Esto es cual si estuviera nuestra ciudad sancionada bajo el peor de los castigos, como se dice en el argot futbolero, el penal, donde no hay defensa alguna.
Clarín. – Endilguemos a las cuestiones de inseguridad y otro tanto a las extraordinarias ofertas de inversión en Laredo, Texas, pero el caso es que tienen más de 15 años que se llevaron lo que alguna vez aquí nos dio bonanza económica. La mayoría de nuestros empresarios pusieron sus dineros de aquél lado, instalaron algún tipo de negocio, además de sus familias. ¿Cómo fue que dejamos ir nuestro espíritu comercial, el de desarrollo y el de tipo económico? Los puentes semivacíos, son mudos testigos.
Claroscuro. – Y mientras tanto el fuego de retaguardia contra la ciudad, el del gobierno de Nuevo León, soplando fuerte la nuca del Gobierno Federal, para cuando menos retrasar todo apoyo solicitado por la Aduana Nuevo Laredo. Fue así que se trabó la creación del Recinto Fiscalizado, el cruce de materiales peligrosos, huyó también la inversión y una y otra vez se ha desprestigiado el uso del Puente III. A esto se le sumaría el caos en Puente II y la Garita Fiscal del Km. 26 ahora “tierra de nadie”.
Claro que no. – Nunca son suficientes los golpes bajos para nuestra ciudad, pues todavía Nuevo León y Laredo, Texas urdieron la creación de una ruta directa hacia la Carretera 35 ubicada inmediatamente después de cruzar por el Puente de Colombia y para todos aquellos que procedían de la ciudad de Monterrey, evitándoles además pasar por Nuevo Laredo y facilitarles su traslado a San Antonio o bien transitando por el camino denominado Las Minas llevarlos directo al corazón comercial de Laredo.
Clarificando. – Vaya situación, tenemos una ciudad no solamente atrapado por la tenebrosidad de Laredo y Monterrey, sino también por el alejamiento completo del voraz Gobierno del Estado, que sin recato alguno se llevó la administración de los recursos que provienen de los aforos del Puente III, que es parte de lo que legalmente nos corresponde y que además se construyó con recursos de nuestra ciudad. ¿Qué pasa con nuestra ciudad? ¿Quién la ve y la trata con buenos ojos? ¿Qué mal hicimos?
Claro que sí. – Es grande y tedioso el esfuerzo para hacer por nuestra ciudad, en tanto que sin tanto preámbulo los de intereses ajenos, esos que hacen daño a la ciudad, con toda la facilidad del mundo echan abajo o al menos fastidian lo que alguien pudiera lograr. Caso particular, los trabajos de modernización de la garita del Puente III, retardados hasta la locura y en el engaño burdo de contar con todo el Estado, pues según haría acopio de la expropiación para evitar frenar la obra. Jamás sucedió.
Sabía usted que. – La propuesta de construir una universidad pública en la ciudad, resultó que tiene por delante la visión del alcalde Enrique Rivas Cuéllar al declarar hay avances y que personas de la Iniciativa Privada se han acercado a él para ofrecerle todo su apoyo para la edificación del centro de enseñanza profesional. Habría que conocer lo que ha sucedido con el edificio abandonado de la Universidad de Valle del Bravo, que fue donado por el Municipio y serviría para los fines.