Feligreses recuerdan con cariño al padre Joaquín Mora

LUPITA TORRES / LA RED DE ALTAMIRA

TAMPICO.- “Él estaba dispuesto a dar hasta la vida por su comunidad y por eso murió”, relató Alejandra Arteaga, residente de la colonia Pescadores de Tampico, al hablar del padre Joaquín Mora, quien hace unos días fuera asesinado en Chihuahua, pero durante más de 20 años brindó su servicio sacerdotal en este populoso sector porteño.  

“Era muy cercano a la gente”, dijo por su parte Alexis, reconocido activista del sector y quien pese a haberlo conocido siendo muy joven, conserva valiosos recuerdos del párroco oriundo de Monterrey, N.L. quien muy joven, recién egresado del seminario, llegó a Tampico donde fundó la iglesia San Rafael Arcángel con el apoyo de personas altruistas como la familia Peralta que donó el terreno para edificar el templo que se ubica sobre la avenida Laguna del Chairel.

“Estamos todos muy consternados porque el padre ayudó mucho a la gente de la colonia Pescadores, siempre a la gente más humilde la apoyó, hizo mucho por la capilla, era un padre muy accesible, muy buena onda con todos los de la colonia”, dijo la señora Natividad Tristán Valle.

Muy cercanos al cura Joaquín Mora, dieron a conocer que él daba clases en el Instituto Cultural Tampico donde maestros, padres y alumnos le proveían de artículos para despensas, ropa y calzado que puntualmente distribuía entre los residentes del sector.

“Siempre estaban con nosotros de la mano”, indicaron para continuar diciendo que a pesar de que se había ido a la sierra porque allá hay mucha necesidad, el padre Mora seguía visitando su colonia cada que tenía vacaciones y conocía a cada uno de los feligreses y les platicaba sobre lo que hacía en aquellas comunidades.

Con respecto a la manera en que ocurrió el deceso de su querido sacerdote, Martha Azuara dijo que “Así era él, dio la vida por salvar a quien le pidió ayuda… por eso nos duele lo que le sucedió, porque siempre estaba dispuesto a apoyar, se quitaba los zapatos, la camisa para dárselos a quien lo necesitara”.

Reunidos frente a la iglesia San Rafael Arcángel, los fieles que pertenecen al grupo religioso de la parroquia, externaron su pesar e impotencia por la manera en que terminó la vida de su querido cura.

“Él daba su vida por su comunidad y por eso murió, tratando de proteger a quien le pidió refugio, auxilio” dijo Julia Arteaga con la voz entrecortada.
Durante la entrevista, varios vecinos evidentemente lastimados por el hecho, sacaron del baúl de los recuerdos numerosas fotos donde ellos mismos, sus padres, sus hijos, fueron bautizados o recibieron algún Sacramento de parte del cura Mora en la iglesia San Rafael Arcángel, que él mismo promovió y proveyó también con el apoyo de la finada señora Vicky Lee.
La feligresía de la citada parroquia prepara una serie de Rosarios y misas en memoria de su querido párroco y exigen que sus restos, levantados junto con el otro sacerdote y la persona a la que protegían, sean devueltos a su familia para darle cristiana sepultura.