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ESPECIAL / LA RED DE ALTAMIRA
ALTAMIRA.- En un esfuerzo por diversificar las actividades agrícolas y atraer la atención turística, productores de Altamira han apostado por el cultivo de girasol. Don José Luis Torres Rodríguez, pionero en la siembra de esta planta en la región, experimentó con un cuarto de hectárea de girasoles en Mi Ranchito, ubicado en el kilómetro 53 de la carretera Tampico-Mante, entre Estación Esteros y Villa Cuauhtémoc.
A pesar de la falta de humedad y las altas temperaturas que estresaron la planta, Torres Rodríguez ha logrado tener girasoles listos para la venta. El girasol, con su distintiva forma y color amarillo, ha despertado el interés de la comunidad local. Sin embargo, el productor señala que se necesita una gran inversión, especialmente en riego, para optimizar la producción y convertirlo en un atractivo turístico a largo plazo.
Aunque la siembra de girasol es poco común en Altamira en comparación con otros cultivos dominantes como la soya y el sorgo, los agricultores locales buscan diversificar sus actividades y generar ingresos adicionales. La inversión de siete mil pesos en el cuarto de hectárea de girasol no solo incluye los costos de producción, sino también la constante vigilancia contra las plagas, que se intensifican con las altas temperaturas.
El girasol, cosechado entre los 45 y 50 días después de la siembra, se vende por pieza, con precios que oscilan entre 50 y 100 pesos, dependiendo del tamaño. A pesar de los desafíos, los productores de Villa Cuauhtémoc ven en este cultivo una oportunidad no solo de ingresos, sino también de atraer turismo a la región. La apuesta por la diversificación agrícola busca no solo generar beneficios económicos sino también convertir a Altamira en un destino atractivo para los amantes de la naturaleza y la agricultura.