Vertientes políticas que se mueven al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) alzan la voz para que sus propuestas sean tomadas en cuenta en la XXII asamblea nacional, cuya plenaria se llevará a cabo el próximo 12 de agosto.
Lo que preocupa a los críticos priistas es que, una vez más, se imponga la línea desde la cúpula partidista en cuanto al nombre del candidato presidencial.
De ahí que, en fechas recientes, 89 militantes del tricolor, que tienen en su haber una considerable trayectoria partidista, externaran su preocupación de que el mandatario, Enrique Peña Nieto, meta mano el proceso venidero.
Algunos de lo notables del Revolucionario Institucional que no se quedan callados son José Ramón Martell, José Encarnación Alfaro, Ivonne Ortega Pacheco, Ernesto Gándara, Yolanda De La Torre, Alfredo Femat, Nabor Ojeda, José Adolfo Murat, entre otros.
De ese grupo hay incluso los que de plano piden la renuncia de Enrique Ochoa Reza Y Claudia Ruíz Massieu, presidente y secretaria general del PRI, en forma respectiva, ya que consideran que no generan confianza en cuanto a la selección de candidatos rumbo a los comicios del 2018, en forma específica el que competirá por la presidencia.
Los que externaron su inconformidad se dicen cansados de que su instituto no escuche y atienda los peticiones para que se generen cambios, lo que propicia que el partido continúe perdiendo prestigio.
En ese sentido, Ortega Pacheco, ex gobernadora de Yucatán y una de las que levantaron la mano para ser incluidas en la lista a la candidatura al ejecutivo, sostiene que el PRI está perdiendo rentabilidad electoral y habla de una caída de cuatro millones 900 mil votos.
Refiere que hay diversos ejemplos que dan cuenta de las derrotas sufridas en comicios debido a las malas decisiones al elegir candidatos, mismos que no cuentan con el aval de la militancia.
Otros priistas se asumen molestos ya que al interior de su organismo hay interés en que pueda llegarse, incluso a la postulación de un panista, a la presidencia de la república y, en ese sentido, se pretende modificar los estatutos en la asamblea de agosto.
De llegar a concretarse tal posibilidad, advierten, se estaría ante una alianza que derivará en desbandada de priistas históricos, los cuales buscarían engrosar las filas del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Por su parte, la segunda de abordo en el PRI, Ruíz Massieu, sostiene que no harán traje a la medida a ningún presidenciable y que habrá piso parejo para los aspirantes; es decir, nada que no se haya escuchado en otro momento.
Lo cierto es que el tiempo esta encima y que en septiembre arranca el año electoral y al siguiente mes los partidos tendrán que informar, a la autoridad competente, el método de selección determinado para elegir a sus aspirantes.
El calendario priista establece que el 10 de noviembre se expedirá la convocatoria para definir a el contendiente rumbo a Los Pinos, acorde a sus estatutos y el reglamento para la postulación de candidatos.
Luego es el registro de prospectos el 20 de noviembre y el 21 se expide el dictamen de procedencia de registro.
El siguiente paso son las precampañas las cuales durarán 60 días y abracan desde el 22 de noviembre del 2017 al 21 de enero del 2018.
En cuanto a Tamaulipas y el relevo de dirigencia estatal será el 26 de agosto, cuyos guía tendrán la responsabilidad de sacar adelante el proceso electoral.
A propósito del tema, cada vez se propaga con mayor intensidad la versión de que el bueno para el relevo de Aída Zulema Flores Peña, es Oscar Luebbert Gutiérrez.
Connotados priistas que se mueven desde el centro, empiezan a pasar la señal de que, al menos desde allá, esa es la línea.
La otra carta es la que apuntalan desde el ámbito local con Sergio Guajardo Maldonado.
Cierto que hay una larga lista de prospectos pero, propios y extraños saben que, al fin de cuentas, en el viejo y nuevo PRI continúa imponiéndose el dedazo.
Significa que “dónde manda capitán no gobierna marinero” y esos decires son a favor del oriundo de Reynosa.
RULETA
Los perredistas, entiéndase Nueva Izquierda (NI) o corriente de “los Chuchos”, se les adelantaron a sus compañeros de otras tribus e impusieron la propuesta de conformar el llamado Frente Amplio Democrático, con las fuerzas políticas opositoras para competir en el 2018.
Con ese adefesio los perredistas afines al gobierno encubren su verdadera intención que no es otra más que la apoyar a un personaje del PAN, dividir y confundir a la izquierda y hacer lo posible para que Andrés Manuel López Obrador no gane la presidencia de la República.
Los escenarios son previsibles: o levanta el PRI y sus aliados o en caso de que eso se complique tener otro bloque al que puede apoyarse, en última instancia: entiéndase PAN-PRD, Movimiento Ciudadano y los que se acumulen.
¿Qué tienen que decir los perredistas tamaulipecos en trono a esto?. Parece que nada.
AL CIERRE
A la asamblea estatal agrarista, encabezada por la lideresa del PRI, Aída Zulema Flores Peña, éste fin de semana, asistieron el presidente del grupo parlamentario del PRI, en el congreso del estado, diputado Alejandro Etienne Llano; el legislador Rafael González Benavides; el dirigente municipal del tricolor, Ambrosio Ramírez Picasso y el ex diputado federal, Enrique Cárdenas del Avellano.
Otras de las figuras priistas que acudieron fueron los representantes populares en la cámara baja, Edgardo Melhem Salinas y Alejandro Guevara Cobos, además del delegado de la SEDATU, Sergio Guajardo Maldonado y los ex dirigentes nacionales de la CNC Cruz López Aguilar y Hugo Andrés Araujo de la Torre.
Pese a que ahí estuvo, en el boletín oficial no aparece el nombre del guía estatal de la Liga de Comunidades y Sindicatos Campesino, Florentino Aron Sáenz Cobos.
“Tino” viene de perder los comicios en Nayarit, en donde andaba echándole la mano al guía del campesinado, senador Manuel Cota.