El sueño de Ameriquito y Ameriquitito
José Ángel Solorio Martínez
El bloque gobernante que dirige Américo Villarreal Anaya en Tamaulipas, no es tan sólido como debiera, en un sistema político caracterizado por la hegemonía del Ejecutivo estatal. Así inició la IV T, gobernando la entidad: fragmentada, atomizada, dividida y en permanente disputa por importantes espacios de autoridad con el aún presente, ex gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.
Era de esperarse esa pugna contra CdeV.
El acontecimiento que sorprende, es la pérdida de AVA del control de MORENA y el escurrimiento de importantes actores guindos, hacia proyectos nacionales distintos.
De otra forma: no es tan dramático que el cardiólogo pelee contra emisarios del pasado que están defendiendo con uñas y mugre sus privilegios; sí lo es, la riña con sus correligionarios morenistas que públicamente pelean mostrar su presencia en la región, aún en contra del dirigente de facto de su partido.
En el pasado, ni en sueños, un diputado, un alcalde, un senador -hubo excepciones-, del partido del gobernador tuvo la osadía de jugar sin máscara con un candidato presidencial diferente al del Ejecutivo estatal.
De hecho, esa fue la tragedia política del estado: a medio sexenio el Ejecutivo estatal, decidía apostar por un candidato -siempre perdía- arrastrando al descalabro a todos sus colaboradores incluyendo a los dirigentes de su partido.
Villarreal Anaya, y su fragilidad estructural, ha provocado perder el respeto a su autoridad. En ese escenario -construido por su impericia; por el imparable protagonismo de CdeV y por la actitud excluyente de Ameriquitito, por su resistencia a impedir la suma de actores que no sean sus amigos a la ola lopezobradorista- varias personalidades guindas, se han sumado por su cuenta -y lo peor: si pedir la venia de AVA- a los aspirantes Marcelo Ebrard Casaubón y Adán Augusto López.
Los senadores Lupita Covarrubias y José Ramón Gómez Leal, se decantaron y militan abiertamente, con Ebrard -la senadora oriunda de Tampico- y con Adán -el senador originario de Reynosa-.
¿Habíase visto, tal cosa?
¡Dos senadores de la república, fuera de la órbita de influencia del gobernador!
La actitud de esos dos representantes de los tamaulipecos, ante la Federación es un indicio de que algo no funciona bien en el mundo de la política regional. Podría argumentarse que es producto de la pluralidad, o de la diversidad de la militancia de MORENA y muchas otras justificaciones.
Lo cierto, aquí y ahora, la falta de rumbo de la IV T tamaulipeca ha delineado un sistema político despedazado y poco funcional.
Cuando dos de los principales factores de autoridad, están en caminos y orientaciones diferentes a los del gobernador, algo está en proceso de putrefacción. Y esos hedores, tarde o temprano flotarán sobre el ambiente que presume dominar el gobernador.
El ex coordinador del Grupo Parlamentario de MORENA, en el Congreso local, Armando Zertuche Zuani, desde hace tiempo se incorporó a la promoción de la candidatura del Secretario de Relaciones Exteriores de AMLO, Marcelo Ebrard.
Al igual que los senadores, fue expulsado de la IV T por los designios de Ameriquitito.
Al interior del Congreso, puede generarse una implosión. JR, tiene bajo su égida al menos dos diputadas locales; Maky Ortiz, cuenta en su activo, al menos dos legisladores; la Borrega López, al menos uno y los Cantú Rosas, puede presumir de un parlamentario.
Los sueños de Ameriquito y Ameriquitito, son tan vulnerables, como una pompa de jabón.