A la par que crece el interés por biología, el medio ambiente y nuevas herramientas, aumentan las respuestas por parte de unas propuestas editoriales cada vez más variadas y de mayor nivel.
“La divulgación científica, especialmente en formato libro, vive un momento especialmente bueno: hay muchas voces nuevas y los temas son más diversos que antes”, dice el periodista y divulgador Antonio Martínez Ron, autor de Algo nuevo en los cielos (Crítica). La divulgación puede verse como el broche del proceso de la ciencia. No solo basta con emitir hipótesis, comprobarlas mediante la experimentación, hacer predicciones o encontrar aplicaciones tecnológicas, sino que el círculo se cierra cuando todo esto, que muchas veces sucede fuera de foco y es inaccesible para el profano, es explicado al público.