La izquierda (Morena) hoy la representan los Prianistas y perderistas que fracasaron en sus Partidos Políticos.
Durante 70 años, México vivió bajo el control del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a lo que el escritor peruano Mario Vargas Llosa denominó como una «dictadura perfecta». En el año 2000 se produjo la primera alternancia en el poder, cuando el Partido Acción Nacional (PAN), representante de la derecha e identificado con los empresarios, logró el triunfo electoral. Pero la alternancia no supuso un cambio sustancial. Los políticos del PRI y del PAN parecen tener como principal ideólogo a Tancredi Falconeri, el personaje de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, El gatopardo, cuya máxima es que todo cambie para que todo permanezca igual.
A diferencia del resto de América Latina, la izquierda mexicana(?) no ha tenido la oportunidad de gobernar el país, aunque en dos oportunidades se ha acercado a esa meta. En 1988, Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del general Lázaro Cárdenas, unificó a los nacionalistas y a la izquierda( PCM, PMT, PST, PFCRN, PPS, PPP ENTRE OTROS) para desarrollar una campaña histórica que acabó con la «caída del sistema» en las elecciones. En 2005-2006, Andrés Manuel López Obrador lideraba las encuestas por más de 15 puntos. Pero una campaña negra lanzada en su contra minó su llegada. Vicente Fox, buena parte del empresariado, los principales medios de comunicación y otros sectores encabezaron esa campaña de descrédito, que acabó en unas elecciones plenas de irregularidades. El mismo Tribunal Electoral reconoció esas irregularidades y el resultado fue, oficialmente, de 0,56% a favor del candidato del partido oficialista.
Tanto Cárdenas como López Obrador unificaron movimientos antisistema y se convirtieron en líderes indisputables (aunque a veces discutidos) de la izquierda(?): Cárdenas de 1988 a 2003 y López Obrador de 2004 a la actualidad. Junto con otros personajes de los movimientos sociales y de la izquierda partidista fundaron y dieron vida al Partido de la Revolución Democrática (PRD), por el que han transitado líderes sindicales, dirigentes estudiantiles, intelectuales y militantes socialistas, comunistas y nacionalistas. Todos, con la consigna de hacer frente al gatopardismo bipartidista que ha dominado México en su etapa neoliberal. Ese sistema, cabe decirlo, acepta la alternancia presidencial pero se opone vehementemente a una transición democrática real.
La izquierda mexicana(?) ha contado, históricamente, con una importante diversidad. En los años 60 y 70 fueron visibles distintos grupos y partidos, la mayoría relacionados con los trabajadores y los sindicatos independientes, con los movimientos estudiantiles e intelectuales y algunos que transitaban a la clandestinidad y a la guerrilla ante la falta de alternancia en el sistema de partidos. Por extraño que parezca, incluso el PRI ha contado y cuenta con un amplio sector que se ha declarado de izquierda (nacionalistas, socialistas y hasta marxistas). Se trata de un partido miembro de la Internacional Socialista, aunque hoy carece de elementos francamente izquierdistas. Su agenda económica apunta al beneficio de los empresarios en detrimento de los trabajadores y sus derechos laborales.
La actual denominada izquierda mexicana (?), no existe, es sólo un membrete que han utilizado los egresados del antiguo PRI, para llegar al poder. El ascenso de los liberales al poder público, a finales de los años ochenta, con Carlos Salinas de Gortari como a presidente de la República, con el fin de beneficiar a familias en quiebra con sus negocios, desincorpora en favor de ellos cientos de empresas propiedad del estado Mexicano. Lo mismo hacen los subconscientes Presidentes de la República, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que con sus acciones favorecieron a grupos de intereses económicos identificados con ellos, favoreciendo a empresarios extranjeros y nacionales con sus decisiones.