Por Emilio Villa Real
Su nombramiento firmado por el gobernador Américo Villarreal Anaya lo respaldaba como incorruptible, honesto, probó, a toda prueba; como ningún otro director que haya tenido la Coordinación de Comunicación Social.
Así fue como arribo José Luis Salazar Macías a la Dirección Administrativa, un personaje de doble cara, todo lo contrario a las cartas que portaba; muy pero muy pronto enseño el cobre como se dice en el rancho, pues estar cerca de las castañas del billete era una tentación que no pocos pueden desaprovechar.
Un contador que emerge de la nada, con nula experiencia en la administración pública, pero eso sí respaldado por la confianza del Coordinador Francisco Cuellar Cardona, para manejar el jugoso presupuesto destinado a medios y publicidad.
No conforme con el desvío que realizaba en ese rubro, su ambición y hambre lo tentaron para engañar a sus superiores, con el cuento de ayuda económica a empleados de la coordinación.
Duró más de un año al frente de la encomienda, mismo tiempo que utilizó para fraguar su fechoría, hacer una larga lista con nombres y apellidos de sus subordinados a los cuales de forma ficticia aseguraba que les entregaba sumas por arriba de los 5, 10 y hasta 20 mil pesos cada mes.
Robo que efectuaba gracias a la confianza con que contaba; todo ello en contubernio con parte del personal de su confianza, solo ellos sabían cuánto era lo que robaban y cuánto se repartían.
Su remoción se efectuó de manera inesperada, pero gracias a ello fue que salió a relucir las actividades criminales que realizaba Salazar Macías en contra de lo más sagrado para los trabajadores de la coordinación, el robarles el poder económico de sustento para sus familias.
Y vaya sorpresa con que se topan los empleados de esa dependencia de gobierno, y también la suerte con que cuenta este mequetrefe de contador, ya que como premio a su excelente labor, no fue despedido solo removido de cargo, y como deja la dirección y por consiguiente se ven afectadas sus percepciones tanto en sueldo como en compensación.
Fue su esposa ahora la suertuda, pues fue dada de alta con una jefatura y obvio con buen sueldo y excelente compensación en la misma coordinación, esto para que su esposo nivele sus percepciones económicas.
Así es como Maribel Cano Luna esposa del exdirector administrativo, se saca el premio mayor de la lotería y sin gastar en la compra del boleto.
Burda acción como se las gastan los mandamás de este gobierno, que siempre pregonaron a los cuatro vientos, que no eran igual que los anteriores; y efectivamente no son iguales son peores.