
No tiene derecho a fianza
Con cadenas en pies y manos, el exgobernador de Tamaulipas enfrenta por primera ocasión al juez Ronald G. Morgan quien le demostró que debido a que enfrenta 11 delitos federales le niega libertad bajo fianza.
Miguel García / LA RED DE ALTAMIRA
BROWNSVILLE, TEXAS.- Con cadenas en pies y manos, el exgobernador de Tamaulipas enfrenta por primera ocasión al juez Ronald G. Morgan quien le demostró que debido a que enfrenta 11 delitos federales le niega libertad bajo fianza.
Vistiendo la misma ropa con la que fue extraditado de Italia a Estados Unidos, el pantalón de mezclilla, camisa a cuadros azules y tenis negros, fue como se presentó Tomás Yarrington ante el juez que llevará su causa.
Uno de los cargos que se le imputa es el uso indebido de 135 millones de dólares los que utilizó para adquirir bienes inmuebles, y diversos tipos de propiedades.
La segunda audiencia de Tomás Yarrington será mañana jueves en donde podrá declararse culpable o inocente y de ahí va a depender su futuro por la gran cantidad de delitos en los que incurrió solamente en Estados Unidos.
LOS CARGOS
Contrabando de drogas
Crimen Organizado
Corrupción
Chantaje
Fraude
Lavado de dinero
Declaraciones falsas a bancos
Soborno
Narcotráfico
EL CONTROL POLÍTICO DE TOMÁS
La ambición de poder de Tomás Yarrington Ruvalcaba fue la causa que lo llevara hasta la cárcel en donde actualmente se encuentra.
La inexplicable causa de que la ley procediera contra un exgobernador como Tomás Yarrington, queda clara.
La única forma de desmantelar la red de control político era con la alternancia.
No había otra manera porque la influencia “tomasista” era casi total.
De igual manera, acabar con la inseguridad era casi imposible porque el sistema de gobierno de Tamaulipas estaba inmerso hasta la médula.
Para cualquier punto de Tamaulipas, estaba el “control” de Tomás.
Alcaldes, exalcaldes, funcionarios de todos los niveles, maestros, líderes, estaban comprometidos de una u otra forma con la “Mafia del Poder” de Tomás Yarrington.
Fue la alternancia la que vino a dar un vuelco de 180 grados al grupo de Yarrington.
No había otra solución.
Llega a la gobernatura Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Sin compromisos, firme en su decisiones y con un deseo total de enfrentar a los males que aquejaban Tamaulipas y uno de ellos era el “Grupo de Poder” de Tomás Yarrington.
Todo absolutamente todo, lo controlaban los “tomasistas”.
Por un lado el poder político y el otro la maldad que generó una guerra que llevó a los tamaulipecos a vivir la inseguridad más cruel de su historia.
Muchos de sus adeptos fieles a Tomás, era porque también se les permitía practicar la corrupción, nadie los molestaba.
Al igual sucedió al interior de las fuerzas policíacas las que casi en su totalidad le fueron entregadas a la delincuencia, las que de pagar por protección, se fueron convirtiendo en socios y después en cómplices.
Por eso, se dificultó restablecer el orden, porque el enemigo estaba dentro de las mismas corporaciones por eso casi era invencible y poderoso.
La única manera de ir desmantelando la red de poder político de Tomás, era cerrar el paso a la corrupción que practicaban y que por ser cercanos al exgobernador se sentían con derecho y protegidos.
Ese fue el primer problema.
Poco a poco fueron dejando las posiciones claves, como servidores públicos eran parte de la corrupción y cuando era tiempo de elecciones se convertían en operadores políticos al servicio de Tomás.
Otra dificultad fue las redes sociales, molestos porque se rompió con un tren de vida de corrupción, criticaban duramente al gobierno de transición.
El desacredito fue el instrumento de los “tomasistas” que agazapados convertían su molestia en ataques mediáticos.
A un año y 4 meses del gobierno de transición, se siente el cambio, el que parecía nunca recuperarse.
Los 24 años de poder que inició con Manuel Cavazos Lerma, después Tomás Yarrington, Eugenio Hernández Flores y el último Egidio Torre Cantú al final comienzan a ceder.
Es verdad que en algunas ciudades del estado la inseguridad continúa, también es verdad que tres cuartas partes de Tamaulipas, comienzan a sentir la libertad que les da la seguridad de salir con confianza de sus hogares, a sus trabajos y a sus escuelas.
Aun no se ha terminado con el mal que heredaron los gobernadores priístas.
Fueron 24 años de corrupción y sometimiento.
Ahora en vísperas de un proceso electoral programadas para el 1 de julio del 2018, ya la red de poder de Tomás Yarrington, no será la misma.
Debilitados y con pleno conocimiento que su historia de corrupción ya terminó, buscan las alternativas en otros partidos contrarios al PRI, para continuar sus fechorías al cerrarse las oportunidades que gozaron durante tantos años.
Lo que si estamos seguros es que los tamaulipecos durante de poco tiempo le darán vuelta a la página, para dejar atrás esos 24 años que se vivieron y que ahora unidos saldrán adelante para enfrentar un futuro diferente al que los había condenado los exgobernadores priístas.
Uno aun es senador, otra en la cárcel en Estados Unidos, el tercero igual tras las rejas en ciudad Victoria y el cuarto, rico y sin riesgos vive en el vecino estado de Nuevo león.
Allá, disfruta de la riqueza que logró, sin ningún riesgo que lo lleve a la cárcel porque su salvoconducto fue la traición a Tomás Yarrington al que se le señala como autor intelectual del asesinato de Rodolfo Torre Cantú.
Esa fue su venganza.
Por eso Baltazar Hinojoza no llegó.
Final.