PERIÓDICO LA RED DE ALTAMIRA #Opinión
Agustín García
- Construirán autopista de Nuevo Laredo-La Gloria, el peaje rondará entre los 1.70 pesos por kilómetro recorrido.
El martes 17 de julio, los neolaredenses recibimos una excelente noticia, mediante una conferencia de prensa, presidida por el alcalde Enrique Rivas Cuéllar y los diputados federales Yahleel Abdala Carmona y Edgar Melhem Salinas, quienes dieron a conocer el inició de la construcción de una autopista de cuota Monterrey-Nuevo Laredo tramo La Gloria-San Fernando, que inicia en el entronque La Gloria, ubicado en el Kilómetro 145 de la Carretera Federal de cuota Mex 85D y termina en el Kilómetro 194 de la Carretera Federal Libre Mex-85, en el sitio conocido como Kilómetro 26.
Otro punto a favor, que los neolaredenses tenemos la opción de seguir utilizando una carretera libre, sin peaje alguno, además de que a corto plazo generará mil empleos directos y mil 300 indirectos, además que los constructores locales y proveedores obtendrán una buena derrama económica.
En principio de cuentas, es muy gratificante destacar que con esto, se dará un impulso sin precedente a la competitividad de la Aduana de Nuevo Laredo, como el principal puerto terrestre de Latinoamérica, porque esta vía de 49 kilómetros, será construida con concreto hidráulico y podrán circular los camiones de carga de una manera ágil y segura.
En primer lugar, diremos que las empresas que ganaron mediante concurso el título de concesión por un lapso de 30 años, son la Promotora y Operador a de Infraestructura S.A.B. de C.V y Grupo Concesionario de México, que serán las encargadas de diseñar, construir, operar, dar mantenimiento y conservar esta importante vía de comunicación.
Originalmente se había anunciado una inversión de 3 mil 003 millones 438 mil 086 pesos, más sin embargo, en la conferencia de prensa en donde estuvieron presentes el alcalde Enrique Rivas Cuéllar y los diputados federales Yahleel Abdala Carmona y Edgardo Melhem Salinas, manejaron un inversión más baja, de 2 mil 700 millones de pesos.
Un punto a favor e innegable es que en los últimos años las autopistas y puentes de cuota han contribuido de forma considerable en el desarrollo económico del país, participando en el proceso de integración nacional, más sin embargo, existen algunos puntos obscuros, porque si bien es cierto que quienes obtienen las concesiones arriesgan su dinero, también es cierto que esto se convierte en un negociazo de particulares.
Solo basta recordar que el título de concesión para la construcción de la autopista de cuota Monterrey-Nuevo Laredo, se le otorgó el 6 de noviembre de 1989 a la empresa Viaductos de Peaje, S.A. de C.V. por un lapso de 20 años, a partir de su inauguración ocurrida en el año 1991.
Esta concesión debió terminar en el año 2011, sin embargo éste título fue ampliado por 10 años más, lo cual quiere decir que termina el usufructo en el año 2021 y por ende, serán 30 años de recuperación de la inversión de la empresa concesionaria.
Durante algunos años, la autopista Monterrey-Nuevo Laredo, fue considerada una de las vías de comunicación terrestre en donde el peaje era uno de los más altos del país, pero posteriormente, al sobrevenir el boom de concesionar carreteras y autopistas de cuota a particulares, surgieron otras considerablemente más caras hasta de un 350%.
El precio promedio por kilómetro en las autopistas de México es de 1.74 pesos mexicanos, lo que resulta alto, respecto a otros países de América Latina, como Colombia y Uruguay, donde cuestan un aproximado 0.8 pesos mexicanos por kilómetro, sin embargo, en comparación a otras autopistas, dentro de México y que están en operación, resulta un peaje más módico.
Dicen que las comparaciones son odiosas, sin embargo justo es mencionar que la Supervía Poetas, que va de Luis Cabrera a Santa Fe en la Ciudad de México, es la más onerosa del México, ya que eleva su costo a 6.57 pesos, por kilómetro, luego se ubica la Autopista Urbana Norte, con un precio de 4.76 pesos el kilómetro, también están operadas por empresas particulares.
Otras autopistas caras son La Venta-Punta Diamante, en Acapulco, la Perote-Banderilla, en Veracruz; la Tijuana-Tecate, en Baja California; y la San Martín Texmelucan-Tlaxcala, que recorre Puebla y Tlaxcala, completando una parte de las vías que cobran el peaje más alto en el país, sin contar libramientos, ni puentes internacionales.
Se podrían seguir mencionando más y más carreteras y autopistas caras, que hacen sonrojar los precios manejados en la autopista Monterrey-Nuevo Laredo, pero lo cierto es que al observar el panorama general de las concesiones, tenemos dos vertientes, una de ellas es que están cumpliendo con un importante aporte en el crecimiento de la red carretera del país, pero por el otro, se traduce en un negociazo de los particulares.
Esto obliga a solicitar que el Congreso de la Unión, vigile muy de cerca la manera en cómo se hacen las concesiones, porque justo es reconocer que el tiempo otorgado para hacer una recuperación de la inversión junto con ganancias, es obvio, pero donde no se observa mucha claridad es que cuando culmina una concesión, se siga ampliando ésta, porque inmediatamente entramos en el terreno de la especulación y desconfianza, porque a la sociedad se le sigue sangrando.
Reitero, nunca estaré en contra de la modernización y la comunicación terrestre mediante autopistas y mejores carreteras, sino que es urgente que mediante diversos mecanismos de medición, a los concesionarios de las autopistas se les entregue lo justo, ni más, ni menos, el que no haya recuperado su inversión, se le amplíe y quien ya lo hizo, se le termine en el plazo marcado.
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