Punto por punto
Raúl Hernández Moreno
El Tribunal Electoral de Tamaulipas desechó dos recursos de inconformidad que presentaron Enrique Cárdenas del Avellano y Luis Enrique Arreola contra la convocatoria para elegir al sustituto en la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI.
Cárdenas se inconformó porque la convocatoria fijo un plazo de dos meses y medio para elegir al presidente, en tanto que Arreola pidió suspender las asambleas municipales y estatales para elegir delegados para participar en la elección.
Es cierto que la convocatoria viene muy mala, pero eso es mejor a que no se hubiese lanzado, porque, así como paso más de un año de la derrota para ser emitida la convocatoria, igual podían pasar otros dos años o más, total a la señora Aída Zulema Flores le da igual que el PRI pierda o gane, mientras siga cobrando un obeso salario.
En medio de todo esto, el PRI celebró este día, en Victoria, una reunión estatal a la que se convocó a sus cuadros distinguidos de todo el Estado y estuvieron presentes funcionarios menores del Comité Ejecutivo Nacional.
En cambio, el señor Enrique Ochoa le sigue haciendo el feo al priismo tamaulipeco y no se digna a visitar la entidad y eso que ya paso la elección del Estado de México.
Esta apatía del CEN debe hacer reflexionar a los priistas tamaulipecos de que si quieren ganar el 2018 deben trabajar unidos, de la misma manera en que lo hicieron los de Coahuila, donde el CEN y el gobierno federal los dejo solo, pero la unidad les permitió patearle el trasero a Guillermo Anaya, a su compadre Felipe Calderón, a Ricardo Anaya, a Margarita Zavala, al panismo en pleno. Eso sí, sigue pendiente de resolver un recurso del PAN para que se anule la elección.
Por cierto que las elecciones de junio en el Estado de México, Nayarit. Coahuila y Veracruz, fueron el tiro de gracia para los candidatos independientes. En el Estado de México hubo una candidata a gobernadora, otro en Nayarit y dos en Coahuila y ninguno pintó en las votaciones, lo cual echa por tierra la teoría de que los votantes están hartos de los partidos. Si así fuera, hubieran ganado los independientes. Lo que cada vez es más evidente es que los que votan no lo hacen por el mejor, sino por el menos malo.
Para el 2018 no se ve un independiente fuerte, ni Pedro Ferriz, Jorge Castañeda, Emilio Álvarez Icaza y menos un destrampado como Gerardo Fernández Noroña o un intolerante como Jaime Rodríguez. Este último, como su gobierno de ocurrencias, se encargó de sepultar a los independientes. Los que creyeron que un independiente podría gobernar correctamente, el mal gobierno de El Bronco los desilusionó.
La cosa cambiaría si los prospectos fuesen un José Ramón de la Fuente o un Carlos Slim, hombres exitosos, con una trayectoria limpia y enamorados de su país. Esos sí que moverían al país, y hasta a otros países, porque si generarían un cambio real. Pero para que eso ocurra, está complicado.
