PERIÓDICO LA RED DE ALTAMIRA #Opinión
Mario Vargas Suárez
La opinión no es otra cosa más que un punto de vista que puede o no tener un sustento.
La opinión no es otra cosa más que un punto de vista que puede o no tener un sustento. A veces solo es un criterio en base a la experiencia.
Los informes estadísticos no son opiniones, son datos que se obtienen de una realidad y en este caso, me refiero a las desapariciones del territorio nacional que no son tema exclusivo para organizaciones gubernamentales o de los derechos humanos.
A los familiares toca buscar por todos los medios a “nuestros desaparecidos”. Dice la Redacción del periódico digital Sin Embargo que “La Red por los Derechos de la Infancia en México reportó que entre 2010 y 2014 hubo un aumento de 974 por ciento en los casos de mujeres adolescentes desaparecidas en México… entre 15 y 17 años de edad son el principal perfil…”
Para formar una opinión, lo anterior es una base por lo que en la capital tamaulipeca los usuarios de las redes sociales se dieron a la urgente tarea de multiplicar la búsqueda de dos adolescentes de 16 y 14 años de edad, vistas la última vez por las inmediaciones del Estadio Marte R Gómez, entre las 19 y las 20 horas del domingo pasado.
Los hechos dicen que las sombras de la noche obligaron a la madre, para denunciar la desaparición de su hija y de su sobrina, cuando caminaban por Libre 17. Un paseo dominical que organizan los victorenses al cerrar el tráfico vehicular e instalar puestos de antojitos y espectáculos culturales sobre la Av. Francisco I. Madero o Calle 17.
Seguramente la angustiada madre-tía acudió a las instalaciones policiales y ahí le debieron haber informado sobre los protocolos de localización y búsqueda para adolescentes. Solo que el temor llevó a la señora Sandra a pedir auxilio en las redes sociales y difundió fotos de las extraviadas.
La realidad es que hasta el famoso Alerta Ámber y el Protocolo Alba, implementados por el Gobierno mexicano, han sido insuficientes para atacar la epidemia de desapariciones, puesto que se sabe que entre 2010 y 2014 solamente, hubo un aumento de 974 %.
Fueron incontables los usuarios de redes como el Facebook y WhatsApp que difundieron las fotografías de las desaparecidas, imaginando el infierno de vivir la angustia y miedo de Sandra.
Con amor a la verdad, el contexto social que vivimos en la entidad impidió el análisis de las fotografías que servían de referencia, porque las ‘niñas’ estaban ataviadas con un short muy corto, blusa de hombros muy descubiertos y una pose muy sugestiva.
Lo que la gente vio en esos rostros casi infantiles fue ‘la inocencia de la edad’ y muchos nos imaginamos el cuadro familiar que estas pobres victorenses estaban pasando.
Sabemos por la voz popular que este fenómeno puede asociarse al crimen organizado, sin que la militarización haya logrado garantizar mayor seguridad, al enterarnos que las jóvenes entre 15 y 17 años de edad son el principal perfil de las redes criminales en la trata de personas.
Sin embargo Ángela Aguilar de 14 años, y Arhemi Solís de 16 años, las desaparecidas de Libre 17, llegaron por sí mismas a su domicilio la tarde del lunes, a poco menos de 24 horas de haber sido vistas por última vez.
La foto subida al Facebook abrazando a sus llorosos padres, dejó testimonio de la inmadurez de las adolescentes y los comentarios de los ‘amigos’ no se hicieron esperar, sin guardar ninguna reserva, además de la publicación de fotografías donde las ‘perdidas de Libre 17’ posan muy sugestivamente.
Desde luego que gente de todas las edades molesta publicó llamadas de atención para las menores, pero también para los padres de familia por la forma de educar a esta juventud libertina.
Desde luego que celebramos haya sido un susto, pero con ¿cuántos de estos casos se encuentran los cuerpos policiales? Incluso ¿pudo haber ofensas de los padres de familia a los elementos de seguridad por las ‘güercas’ de la juerga dominguera’?
Dice Doña Tina la vecina, “yo les metía una chi… para que no se levantaran en dos días, ¡¡Y no digo si no se les quite lo locas!!!”
Cuestión de opiniones.