Por Mario Vargas Suárez
El título de hoy no tiene nada que ver con el tema de la Virgen de la Bien Aparecida, patrona de la diócesis de Santander y de la Comunidad Autónoma de Cantabria, en España, por cierto, como breviario cultural,una imagen de apenas 21 cm y que apareció en el año 1605, en el marco de la ventana de una ermita. Desde 1905 es patrona de aquella diócesis, coronada canónicamente por el obispo de Cantabria en 1955.
Cuando hablo de esta aparecida, sin mayúscula, me refiero a Yasmín Adriana Bolaños López, una mujer a quien un periodista dibujó en su reporte con una mujer regordeta, con dos hijos y que de la noche a la mañana se encontró como proveedora del gobierno de la 4T.
La historia de Yasmín fue publicada por diversos medios y hasta la tildaron de fantasma, porque pese a que hubo datos de su nacimiento y domicilios, los investigadores periodísticos no pudieron ubicar ni domicilios particulares ni empresariales, lo que supuso una ‘vende facturas’.
El caso es que, en La Lagañera en Palacio Nacional, el presidente López fue cuestionado por un periodista de no de ‘mentis’, sobre los motivos para las adjudicaciones directas de contratos a la misma proveedora en la organización de sus eventos, por lo que el Ejecutivo federal, por lo menos en el micrófono, dio la instrucción para ampliar el informe sobre el tema.
López Obrador se refirió a la ampliación del informe porque “Ya se entregó un informe, pero te entregamos todo el informe…”, y aseguró no conocer Yasmín, a quien se le han concedido por lo menos 10 contratos que suman 46 millones 615 mil 150 pesos.
El escándalo fue para investigar, por ‘favorecer’ la organización eventos como toma de posesión de la presidencia, informes trimestrales del Jefe del Ejecutivo, el Día del Ejército, la organización de dos Gritos de Independencia, etc., como han publicado distintos medios.
Pese a que desde sexenios anteriores casi se hace un monumento a La Transparencia y hasta existe un instituto para ese fin, el tema de Yasmín pareciera sigue en otros sexenios presidenciales donde la corrupción se manejó con hechos como este.
El presidente de todos los mexicanos dijo “No tengo el gusto de conocerla, pero sí es cosa de que se dé el informe completo. Debe de haber alguna razón, tiene que haber una justificación para entregar estos contratos, a ver cuál es y ofrecemos que te entregamos toda la información”. Lo que procedería preguntar: ¿La ley de transparencia contempla excepciones?
Desde luego, frente a los micrófonos presidenciales, el Ejecutivo rechazó la posibilidad de que este hecho implique favoritismo, “No, aquí no hay predilectos, no hay hijos predilectos del régimen, no es como antes, no existe eso, nosotros tenemos principios, o sea, no podríamos estar diciendo: A ver, dale un contrato aquí a… ¿cómo se llama la señora?”.
La Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia de la República justificó que los contratos referentes a las ceremonias del Grito del 15 de septiembre se adjudicaron de forma directa por seguridad nacional, algo permitido por laLey de Adquisiciones.
Yasmín Bolaños López, no solo ha tenido contratos asignados directamente a ‘su empresa’ también ha recibido el mismo trato de la Secretaría de Salud y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, seguramente ha sido la misma causa de no licitarlos a concurso: Seguridad.
Investigaciones afirman que La Aparecida, además, ha conseguido contratos con el Gobierno de la Ciudad de México y la alcaldía Cuauhtémoc, información disponible en Compranet y la Plataforma Nacional de Transparencia, aunque no aparece el domicilio de la adjudicataria, error porque por ser contratada como persona física, ese dato debe quedar resguardado en seguimiento a la Ley de Protección de Datos Personales.
El partido del presidente, Morena, contrató a Bolaños López, La Aparecida, para un programa en la entonces delegación Miguel Hidalgo, en 2018 y en ese contrato está registrado el domicilio en calle Juan Antonio Mateos 39, colonia Obrera, en Cuauhtémoc. Pero el periódico 24 HORAS localizó un inmueble pintado de color vino, tono de Morena, zahúan grande negro.
El contrato firmado con Morena, de donde la publicación tomó el dato del domicilio, fue firmado porAlejandro Esquer, hoy secretario particular del Presidente, en ese entonces en su calidad de secretario de Finanzas del CEN de Morena, por cierto, la misma proveedora fue quien organizó el cierre de campaña de López Obrador en junio de 2018, en el Estadio Azteca.
Tal parece que La Aparecida, si existe o no, está dejando huella por la herencia de la corrupción del pasado sigue en la sangre nueva. No podemos obviar que hay muchos, cantidad de extricolores que ya andan de guinda, pero solo cambiaron de color, siguen en lo que han vivido siempre.