Por Francisco Ramos Aguirre
La historia de la medicina, enfermedades, instituciones de salud, pandemias y servicios hospitalarios en Tamaulipas es un tema pendiente de historiarse con un enfoque académico. Desde sus orígenes prehispánicos recogidos por Hermenegildo Sánchez en un compendio de herbolaria, así como las principales enfermedades durante la colonia, hospitales militares, actuales nosocomios con adelantos científicos, laboratorios y fundación de escuelas de medicina.
Este año se conmemora el ochenta aniversario de la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social, uno de los organismos de mayor impacto en la vida cotidiana de la mayoría de los mexicanos y tamaulipecos. Fue fundado durante el período post revolucionario en el marco del pacto social, contenido en la Constitución de 1917 promulgada por Venustiano Carranza.
Algunos antecedentes se remontan a 1935 cuando el gobierno del General Lázaro Cárdenas, envió al Congreso de la Unión el Proyecto de Ley del Seguro Social relacionado con la creación de una dependencia capaz de atender la salud de los mexicanos. Sin embargo, su cristalización se logró en 1943 durante la presidencia del General poblano Manuel Ávila Camacho, en el contexto de la 2ª Guerra Mundial.
En los primeros pasos de la creación del IMSS a nivel nacional, destacan las figuras de tres tamaulipecos. El primero de ellos fue el licenciado Emilio Portes Gil, quien en 1929 en su carácter de presidente de México modificó el Artículo 123 constitucional “…por considerar como utilidad pública la expedición de la Ley del Seguro Social.” Dicha inquietud no alcanzó a formalizarse, debido al corto período que desempeñó el cargo.
Además, en este proyecto contribuyeron dos médicos egresados de la UNAM. En primer término el doctor Gaudencio González Garza, originario de Burgos un modesto municipio agrícola y ganadero del centro del estado. En 1935 durante el gobierno del general Cárdenas integró el Consejo Organizador del 7º Congreso Panamericano del Niño. Fue miembro del Comité Técnico Fundador, subdirector médico, jeje de servicios médicos foráneos y cercano colaborador del doctor Ignacio García Téllez director general del IMSS.
El otro protagonista es el doctor Arnoldo Saldívar Silva nacido en Santander de Jiménez, quien intervino directamente con enriquecedoras propuestas sobre planeación y organización. A mediados de los cuarenta fue nombrado subdirector médico del noreste (Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas), con una notable influencia en el desarrollo del Seguro Social en esta región. El hermano del musicólogo e historiador Gabriel Saldívar, escribió varios libros entre ellos la Historia del Seguro Social de Nuevo León (1945) y El Seguro Social en Puebla (1945).
La presencia del IMSS en Tamaulipas se remonta hacia 1951 en Nuevo Laredo, una ciudad de enorme potencial, polo de desarrollo económico y comercial fronterizo desde aquellos tiempos. El proceso se inició con el registro de derechohabientes en un edificio diseñado inicialmente para la Central de Autobuses. Ahí se instalaron áreas de hospitalización, laboratorio y radiología subrogadas al Sanatorio Santa Isabel.
La masificación del servicio a la atención de la salud, fue un proceso con pasos firmes. Parte de esta historia fue su presencia en Ciudad Victoria. No obstante ser la capital de Tamaulipas, su desarrollo y servicios asistenciales sucedió a partir de enero de 1961, es decir posterior a Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Mante, Tampico y Madero, entonces con mayor número de habitantes.
Su interesante historia se inició a partir de octubre de 1960. Una de las primeras acciones correspondió al proceso filiación de trabajadores de comercios, empresas, hoteles, burócratas, albañiles y principalmente jornaleros de las desfibradoras de henequén. La primera secretaria en esta dependencia, encargada de realizar dicho trabajo fue María Elena Sauceda.
Mientras en el sur del estado florecía la industria petrolera y azucarera recién expropiada; en territorio fronterizo era común el cultivo, cosecha y despepite del algodón que atrajo a miles de jornaleros agrícolas del norte del país. Esta fibra, indispensable para la industria del vestido, era adquirida por empresarios nacionales y extranjeros.
El primer delegado de la dependencia en Tamaulipas fue el licenciado Rafael Moreno Enríquez, quien llegó procedente de Baja California acompañado de los primeros funcionarios de la delegación. A partir del 6 de enero de 1961 iniciaron el reclutamiento y entrega de nombramientos a los primeros trabajadores de la plantilla administrativa del IMSS, citados en un edificio de la esquina del 16 Juárez. Ahí existía la Farmacia Hidalgo propiedad de Luisa Espinosa, la cual fue reubicada a otro domicilio.
El inmueble tenía varios pisos, mezzanine y un sótano. En la planta baja se encontraban las oficinas de afiliación de derechohabientes; en el mezzanine los usuarios realizaban trámites sobre prestaciones y vigencia, en el último piso despechaban los encargados de contabilidad, el delegado y jefe de personal, mientras en el sótano se resguardaba papelería, archivos y medicamento.
Entre los primeros empleados que atendieron directamente al público destacan Francisco Guzmán Moreno, Zeferino Maldonado, Orlando González Rodríguez, Guadalupe Espinoza, Óscar González, Rodolfo Turrubiates y María Luisa Galindo Morales, entre otros.
La clínica para los derechohabientes estaba en el Siete Juárez, en una de las numerosas propiedades de José Sierra Torres. Existían 7 consultorios equipados, atendidos por los doctores Martín Sánchez -director dueño de la Botica Colonial-, Juan Villagrán Uribe -odontólogo hijo de un militar, quien llegó muy joven procedente de Morelia-, Alfredo Quintanilla -otorrinolaringólogo-, Manuel Montelongo -médico familiar-, Francisco Javier Hernández Ayala, Álvaro Reséndez Treviño -anestesiólogo- y José Manuel Tirado Cortés, quien realizó la primera consulta a Juan Quilantán trabajador de la célebre Panificadora Victoria propiedad de Alfredo Negrete. La botica era atendida por la química Conchita Guillén; mientras el doctor Héctor Salinas se desempeñaba como jefe servicios médicos.
El IMSS en Tamaulipas no sólo contribuyó en la atención de los delicados asuntos de la salud y certeza laboral de numerosos trabajadores, sino también en aspectos relacionados con el deporte y la cultura. Por ejemplo en el noreste mexicano destaca la construcción de teatros en Monterrey, Saltillo, Nuevo Laredo y Mante, donde se vivieron épocas de grandeza y presentación de numerosas funciones con los mejores actores. Es decir, ofrecía servicios integrales a la comunidad. De esta manera generó un movimiento cultural y artístico capaz de estimular el desarrollo humanista en diferentes localidades.
A lo largo de más de setenta años de su presencia en la entidad, han transitado por esta institución numerosos profesionistas destacados en los ámbitos político, científico y cultural. Como muestra cito al doctor y psiquiatra Tomás Córdova Sandoval director de la Hospital del IMSS en Ciudad Mante, quien además de su experiencia en el ramo de la medicina y soportar el extremoso clima de aquella población cañera, fue talentoso pintor, escritor y ajedrecista.
De este singular personaje autor del argumento de la película Simitrio estrenada en 1960, menciona el doctor Rodolfo González San Miguel que cuando tomó posesión del cargo, una de sus principales acciones fue colocar barras de hielo en el quirófano y abanicos, argumentando “el calor de mil demonios.” Dos de las frases que comúnmente repetía eran “…no entro a mi oficina, hasta que no reparen el aire acondicionado” y “…todos tienen derecho a ser atendidos, porque la salud no espera y el dinero sí.” Córdova aludía a un sinnúmero de pacientes que solicitaban consulta, sin ser derechohabientes. En este sentido, cuando algunos médicos y administradores bajo argumentos legales se negaban a obedecerlo, aplicaba una clave de tres letras y les ordenaba: “Pues los atienden inmediatamente PMH.” Es decir “Por sus huesos” o dicho en spanglish por sus eggs.