Por Francisco Ramos Aguirre
Las canciones de Refugio Cuco Sánchez, se nutren del lenguaje popular y generan imágenes poéticas, en ocasiones sorprendentes, desgarradoras, emotivas y pasionales. Al respecto, el artista predilecto de Altamira, Tamaulipas declaró en un programa televisivo que sus composiciones: “…son pedacitos de alma que salen dentro de uno, para hacer la letra. Los vistos de música y los lanzo como canción.”
La Cama de Piedra, es una de las piezas de mayor tradición en la historia de la música popular mexicana. Los arreglos a la versión original, se hicieron a principios de los años cincuenta del siglo XX, mientras los líderes de los movimientos ferrocarrilero y magisterial, dormían plácidamente en sus tálamos de Lecumberri. En ese contexto, la canción era una de más solicitadas en México y otros países de América Latina y Europa. Por ejemplo, en Holanda, se convirtió en uno de los éxitos de la radio.
En medio de todo esto, cierta mañana Cuco leyó una desagradable noticia en las páginas del periódico El Universal de la Ciudad de México. El señor Atenógenes Morales publicó una carta para desmentir que la famosa letra, pertenecía al tamaulipeco, sino de José María Sánchez Ortega. Argumentaba que originalmente se llamó: Adiós Ingrata Asunción, dedicada en 1895 a la señorita Asunción Santiesteban.
El reportaje despertó una enorme polémica en revistas y secciones de espectáculos de periódicos. Algunos opinaban que la música y letra de: La Cama de Piedra eran antiquísimas. En el mismo diario (30 de agosto de 1958) Luis Eroza H. menciona otra versión del texto en litigio, consignada en el Cancionero de Vanegas Arroyo, -1919/ cuadernillo 137-. Se trata de: ¡Ay Corazón!, de la cual Cuco Sánchez parafrasea en La Cama de Piedra, algunas líneas parecidas al texto original:
De plata ha de ser la cama,
De oro las cabeceras,
la mujer que a mí me quiera,
me ha de querer de a deveras.
Subí a la sala del Rey,
le pregunté al presidente,
que si es delito quererte,
que me sentencien a muerte.
El presunto creador de los versos, era el peluquero Manuel Garduño. Por ello, se presentó en la oficina de la Sociedad de Autores y Compositores para reclamar derechos y regalías de La Ventana –su nombre original-. Los funcionarios de la disquera aclararon que efectivamente, Sánchez no era autor de esa canción. Más bien, había realizado arreglos y adaptación de la letra. Además aclararon que La Cama de Piedra, era producto de las versiones muy parecidas de Adiós Ingrata Asunción, ¡Ay Corazón! y La Ventana, sin que existiera mala fe de Cuco Sánchez.
Definitivamente, hablamos de una composición del dominio público surgida a finales del siglo XIX. En aquel entonces, era común que el contenido de algunas canciones anónimas, fuera modificado por los intérpretes y trovadores ambulantes que se ganaban la vida en plazas y barrios. Por ello, algunas composiciones eran atribuidas a diversos autores, como el caso de algunas letras de Agustín Lara. De cualquier manera, El Indio Fernández, defendió a Cuco públicamente y el asunto sólo se ventiló en los medios de comunicación.
Probablemente la primera versión del tema, es la que aparece en la película La China Hilaria (1939), presuntamente de Felipe Bermejo, interpretada por María Luisa Bermejo, integrante del Cuarteto Metropolitano. Se consigna con el nombre “Ay Corazón Porque No Amas”, adaptada para enaltecer a un jugador de gallos encarcelado: “Señores yo soy cautivo por una mala jugada, /en un palenque una noche, perdí mi amor y mi plata,/…Subí a la sala del crimen,/le pregunté al presidente,/que si es delito el quererte,/que me sentencien a muerte,/ ay, corazón porque no amas.”
Gracias a la popularidad de la canción en todo México, además de Arrieros Somos y Te Amaré Vida Mía de Cuco Sánchez, la pieza apareció en el repertorio musical de la película: La Escondida (1955). En una de las escenas, mientras se produce un diálogo amoroso en un vagón del ferrocarril, a lo lejos se escucha la canción interpretada por Cuco Sánchez. La idea de esta toma, fue a sugerencia de José Revueltas quien disfrutaba la voz melancólica, quejumbrosa y llorona del tamaulipeco.
Estos atributos naturales, lo ayudaron a forjar un inconfundible estilo al momento de pararse frente al micrófono. Tres años más tarde, La Cama de Piedra (1958) se convirtió en película, protagonizada por Antonio Aguilar, Guillermo Álvarez Bianchi, Armando Arriola y María Gentil Arcos. La producción fue de su amigo Valentín Pimstein.
Vale aclarar que no obstante las intrigas y envidias, las evidencias muestran que la canción rebasó todas las expectativas y redituó excelentes ganancias económicas, gracias a su presencia en cine y radio. Además, el tamaulipeco fue el primer artista que la grabó en discos Columbia, acompañado del Mariachi Azteca, convirtiéndola en una de las joyas del folclor mexicano. El sello discográfico dice claramente: Arreglos de Cuco Sánchez.
Para no alimentar morbo, amarillismo y especulaciones, él mismo se encargó de esclarecer la situación. Por esos años, declaró a la prensa que con motivo de la inminente filmación de la película: La Escondida, el director Roberto Gavaldón, mencionó de memoria algunos versos que casualmente escuchó cantar a un campesino de los alrededores de la capital del país. El contenido le agradó y por ello solicitó a Cuco que los adaptara y realizara los arreglos musicales para incluirla en la cinta.
Por muchas razones, este tema es uno de los más emblemáticos de la canción ranchera mexicana, no sólo porque alcanzó enorme éxito en voz de Cuco, sino gracias a otros artistas del momento. Miguel Aceves Mejía, Lola Beltrán, Antonio Aguilar y Pedro Infante.