Por Raúl Hernández Moreno
“Había mejores opciones”, dijo Tatiana Clouthier, al opinar sobre el nombramiento de Manuel Bartlett, como próximo director de la Comisión Federal de Electricidad.
Tampoco gustó el nombramiento al actor Gael García Bernal. Y ni hablar de las redes sociales.
Desde hace más de tres décadas la polémica persigue al político poblano de 82 años de edad, dos veces secretario: de Gobernación y Educación, Gobernador de su Estado natal, dos veces senador, ex aspirante presidencial.
Cuando fue Secretario de Gobernación, de 1982 a 1988, lo hizo con mano dura. En 1983, hizo uso de su poder, para sacar por la fuerza a dos sobrinos suyos, de 19 y 17 años de edad, que vivían en una granja colectiva de un grupo religioso, en Venezuela.
En el operativo de “rescate”, participaron agentes policiales venezolanos que atendieron indicaciones de un agente mexicano. Los sobrinos quisieron denunciar el atropello a los medios periodísticos mexicanos, pero solo la revista Contenido se atrevió a publicar su testimonio.
La revista Proceso de plano desistió porque a su subdirector, Vicente Leñero le dio miedo, “porque ese cabrón no se anda con mamadas” escribiría años después.
En 1984, luego del asesinato del periodista Manuel Buendía, el nombre de Bartlett salió a relucir, porque se señaló como autor intelectual al entonces director de la Dirección Federal de Seguridad, José Antonio Zorrilla, protegido del Secretario de Gobernación.
Pero el caso más polémico se dio en 1988, cuando siendo Secretario de Gobernación y responsable de las elecciones, se “cayo” el sistema de conteo de votos, lo que desde entonces ha dado pie para que la izquierda sostenga que hubo fraude.
De diciembre de 1988 a enero de 1992 fue Secretario de Educación. Después se fue como gobernador de Puebla, en febrero de 1993.
En 1999 fue aspirante presidencial. Vino a Nuevo Laredo, donde un servidor lo conecto con Cresencio Macías, pues necesitaba un priista que lo representara en esta ciudad, la cargada estaba con Francisco Labastida y nadie quería ir contra la corriente.
En el 2006, en pleno proceso electoral para renovar la presidencia de la república, Manuel Bartlett se pronuncio a favor de Andrés Manuel López Obrador e invito a los priistas a ejercer un voto útil. El PRI lo sacó de sus filas y AMLO lo cobijó, para disgusto de la izquierda mexicana que no termina de perdonar el pasado del político poblano, con estudios de abogado, doctorado en Ciencias Políticas por la UNAM y estudios de posgrado en Francia e Inglaterra.
No hay la menor duda de que Bartlett tiene experiencia administrativa y capacidad para sacar adelante a la CFE y como tiene el perdón de AMLO, sus detractores de dentro, dirán misa, pero no podrán quitarlo.