Por Raúl Hernández Moreno
El año es 1995 y es el último día para el registro de candidatos a la presidencia municipal. El reloj marca las 23.55 horas y el PARM es el único partido que falta para registrar a sus candidatos. Es justo en ese momento cuando a las instalaciones del Comité Municipal Electoral, que se ubican por la calle Maclovio Herrera, entre Allende y Obregón, llegan Carlos Cantú Rosas y Ninfa Deándar Cantú, propietario y suplente, respectivamente, acompañados de varias decenas de simpatizantes.
Los recibe el Presidente del Comité, Octavio Lozano que en broma le dice a Cantú Rosas que ya no alcanza el registro porque el papeleo se lleva tiempo, mucho más que los tres o cuatro minutos que restan al plazo fatal y cierran a las doce.
¡Llegamos antes de las doce!, responde con contundencia Cantú Rosas. La revisión de la documentación de la planilla parmista originó que hasta después de la una de la mañana se les entregara constancia de que se habían registrado en tiempo y forma.
Así era el PARM. Le gustaba registrar sus candidatos minutos antes de que venciera el plazo, lo que alentaba la rumorología y como el Auténtico era la principal fuerza opositora, políticos y prensa esperaban el registro.
Una técnica similar aplica ahora Morena, aquí en Nuevo Laredo. Mientras que el PAN y el PRI, ventilan los nombres de sus prospectos con anticipación, a Morena le gusta esperarse al último momento. No se sabe si es para evitar fracturas internas y evitar que los no seleccionados se vayan a otro partido o porque alargan sus destapes para invitar a los que desecha el PAN o el PRI. O vaya usted a saber qué es lo que los mueve a atrasar sus destapes y registros.
El PAN y el PRI ya destaparon a sus principales precandidatos y en Morena oficialmente no hay nada, lo que motiva que los equipos de los aspirantes especulen las razones por las cuales debe ser tal o cual candidato. No se sabe el género de los candidatos ni si optará por militantes propios o externos. De acuerdo con los estatutos, el 30 por ciento de los candidatos deben ser externos. Es decir, 14 de las 43 alcaldías, 7 de las 22 diputaciones locales, 3 de las 9 diputaciones federales.
Lo que es altamente probable es que de entre la quinteta de candidatos principales estén nombres como los de Carmen Lilia Cantú Rosas, Ramón Garza Barrios, Rogelio Soto Quiroz, Santos Francisco Hernández, Sergio Ojeda Castillo, Adriana Contreras Briagas.
Y hay dos reconocidas damas que militaron en el PRI que pueden aparecer en las boletas y no hablamos de Marisela López Ramos, porque ella ya figuró en el 2018, sino otras.
Esto además de muchos otros personajes secundarios como Héctor Ponce, Heriberto Cantú, Diana Cantú, Álvaro Morales, Jorge Valdez, Pedro Chapa, Damián Soto y muchos más.
En otro tema, primero fue el PAN quien descalificó y pidió la remoción del Presidente Estatal de Morena, Enrique Torres, por permanecer 5 años al frente del partido, cuando se les escogió para 3 años, y ahora fue el propio Morena quien lo desplazó del IETAM y no le permitió nombrar representantes ante los órganos electorales.
Ahora Torres se declaró en rebeldía, impugnó la coalición Morena-PT, amenaza con impugnar a los candidatos que se registren y la respuesta del partido seguramente será su destitución. Si pudiesen lo enviaban a una casa para locos.
Con esta clase de gentes, Morena pierde.