Por Raúl Hernández Moreno
Suena a chiste y sin embargo hay quienes están convencidos de que Alejandro Rojas Díaz Durán puede ser candidato a gobernador por Morena, aquí en Tamaulipas.
Acostumbrado a la polémica, por alguna razón en estos dos últimos años le ha dado por opinar sobre los procesos electorales en Tamaulipas. Es lapidario y que lo compre quien no lo conozca.
Tan mal anda Morena que Alejandro Rojas encabezó una encuesta realizada meses atrás, con 47 puntos, Ramón Gómez Leal 31, Américo Villarreal 11 y Héctor Garza 9.
Alejandro Rojas tiene su domicilio en la Ciudad de México, está impedido jurídicamente para ser candidato por Tamaulipas, porque no puede cumplir el requisito de tener una residencia mínima de 5 años anteriores al día de la elección, como lo marca el artículo 78 de la Constitución local.
Lo que dijo en días pasados de que estaba analizando inscribirse en el padrón electoral de Tamaulipas para poder ser candidato de Morena en el 2022, es una vacilada, como muchas de las cosas que declara. A Alejandro Rojas le gusta el vacilón.
¡Pero ojo!, que un personaje que jurídicamente no puede ser candidato de Morena en el 2022 encabece las preferencias, debe encender las alarmas al interior de ese partido, porque eso quiere decir que los aspirantes actuales, Gómez Leal, Américo y Héctor Garza, están tan desangelados que no convencen ni a su gente.
Y es que los tres son prácticamente unos desconocidos en Tamaulipas. El círculo de los que los conocen se concreta a grupos de morenistas y nada más,
Los tres se cuelgan a la imagen del Presidente López Obrador que llegó con un apoyo de 30 millones de ciudadanos, en un universo de 130 millones de habitantes, y lejos de ampliar su círculo de seguidores se ha ido reduciendo con el paso del tiempo.
Seguramente a los militantes y simpatizantes de Morena, les gustaría ver activo a Gómez Leal en Nuevo Laredo, con visitas frecuentes, en las que revise el avance en los programas sociales, que se reúna con los organismos civiles, con las autoridades de los tres niveles, que recorra los medios de comunicación, que informe sobre lo que hace el gobierno federal, que anuncie beneficios concretos.
Y lo mismo quieren de Américo Villarreal. Quieren mayor contacto con la sociedad y que sea más franco, que no venga a convencer de que el IVA al 8 por ciento es una realidad en Nuevo Laredo, cuando todo fue un engaño.
Pero el senador está perdido. No es la sombra de lo que fue su señor padre, ese sí un señorón y el último gobernador decente emanado del PRI.
Si las elecciones del 2022 se adelantaran al 2020, Morena estaría perdido con cualquiera de los tres aspirantes que más suenan. Y peor le iría con Rodolfo González Valderrama, actual Director de Radio, Televisión y Cinematografía. A este último le iría bien como candidato a regidor por Tampico y eso siempre y cuando vaya como plurinominal.
Morena tiene dos años para construir a sus candidatos a gobernador, pero debe ponerse a trabajar ya. Y debe limpiar la casa, de infiltrados panistas.