
Por Raúl Hernández Moreno
El dinosaurio no está muerto, está más vivo que nunca y echado para adelante, sostuvo Sergio Guajardo Maldonado, presidente estatal de ese partido político, en una entrevista que dio en Ciudad Victoria.
Señaló, además, que el PRI quiere ganar la elección de este año, después quiere recuperar el Congreso en el 2019 y la gubernatura en el 2022.
Acepta que así como el PRI quiere ganar las próximas elecciones, igual lo quiere el PAN y Morena.
Ciertamente al PRI lo han matado muchas veces. En la década de los ochentas, Armando Ayala publicó una novela donde hablaba del fin del PRI, en tanto Gabriel Zaid y Octavio Paz, publicaron sesudos artículos anticipando el fin del PRI.
En el 2000, con el triunfo de Vicente Fox, hubo quien dio por muerto al PRI y sin embargo, resultó que 12 años después recuperó la presidencia de la república.
Es evidente que el PRI del 2018 ya no es el mismo de la etapa que va de 1929 a 1988, cuando se dio la simbiosis PRI-Gobierno. Ese sistema decidía que juego darle a los opositores. Ese sistema creo partidos como el PPS y el PARM, para darle jugada a los priistas resentidos con el partido.
Era un sistema que daba cierta libertad a los opositores, siempre y cuando no se pasaran de la raya.
Y si los opositores ganaban en las urnas, se les arrebataba la victoria.
Pero a ese PRI hegemónico lo sepultó Carlos Salinas que con tal de legitimarse en la presidencia de la república, inició con la etapa de las concertacesiones, empezando con entregar la gubernatura de Baja California al PAN, en 1989.
Si bien después de esa etapa la democracia mexicana se basó en concertacesiones, con el paso de los años llegó la competencia real, aunque sin desterrar las concertacesiones, como una opción de hacer política.
Hoy los procesos electorales son más competidos, el PRI sigue siendo el partido más fuerte en el país, pero ya tiene competencia en todos lados.
Las elecciones dejaron de ser un pic nic, no solo para el PRI, para todos los partidos. El PRI perdió en Tamaulipas casi todo en el 2016, quedó como segunda fuerza y la llegada de Morena lo tiene tenso, con riesgo de irse al tercer lugar, pero esa es la foto del momento. Todo puede pasar de aquí al 1 de julio.
El año pasado, en el Estado de México, Morena se sentía seguro de ganar, hablaban de dos dígitos de ventaja, hasta de 16 puntos arriba del PRI y sin embargo, al final el PRI gano. Son historias que muchos olvidan fácilmente y sin embargo ahí están, para quien quiera repasarlas.
En este momento, insistimos, el PRI está perdido en el país y en Tamaulipas. Es la foto del momento, pero las elecciones no son este día, son dentro de cuatro meses y de aquí a esa fecha, muchas cosas pueden cambiar.
Los opositores del PRI no deben darlo por muerto, igual y los sorprende.